𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈

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"Hagamos un trato..."

⊱••━••⊰

— Solo... dame un poco más de tiempo...

— Tiempo.

Una oscura risa resonó entre las cuatro paredes de papel viejo y rasgado.

— ¿No te parece gracioso?

— Por favor...

— Dime que lo encuentras al menos un poco gracioso.

— Sí, debo admitir que es irónico.

— Lo sé. Si te doy el tiempo que solicitas, ¿qué ganaría yo? Esta apuesta está volviéndose aburrida.

— ¿Qué tal... doble o nada?

— Te escucho.

••

Harry no podía estarse quieto. El nerviosismo revoloteaba por todo su cuerpo. Su mente trabajaba con rapidez, tratando de pensar en algo; algo se le escapaba y no sabía qué era. No tenía que ver con la boda, eso lo sabía. No tenía idea de dónde sacaba esa seguridad, pero debía ser así; no era posible que dudara de su boda a unos pocos minutos de realizarse. ¿Entonces qué era? Algo; algo que no lograba concebir.

Pero no lo encontraba. Lo único en su mente era la mujer en vestido de novia que pronto estaría lista para caminar al altar a su lado, y, aunque eso debería ser tranquilizante, no era el efecto que tenía en él. Tal vez sí era la boda, pero no era el hecho de casarse. Quizá Harry estaba preocupado por los invitados o las decoraciones. Debía ser eso. Debía ser la boda y no el casarse. Sabía, por lo menos, que estaba preocupado porque no tenía ni idea de si él estaría ahí, entre los invitados; si intentaría hacer algo para arruinar la ceremonia.

— Harry ¿estás listo?

El aludido se sorprendió ante la voz de su amigo. Habló antes de pensar.

— ¿Ya? ¿Tan rápido?

Ron lo observó divertido, pero él no le encontraba nada de divertido a la situación. Una boda era algo serio; todo lo era. Necesitaba solo un par de minutos más para respirar, todo pasaba muy rápido. Solo un par de minutos.

— Te dejé aquí hace una hora.

— Oh, ya veo.

¿Crees que puedas verlo de camino al jardín?

— Yo creo que deberíamos...

Harry estaba debatiendo internamente sobre si pedirle unos minutos más a solas o no. Se convirtió en algo irrelevante cuando una repentina luz inundó el salón. El brillante patronus de un oso, que Harry reconoció, se posicionó frente a él y emitió un mensaje.

"Auror Potter. Sé que este día es muy importante para usted y no debería interrumpirlo, pero tenemos una situación extremadamente peligrosa y me temo que es usted el único que esperamos pueda solucionarla. Esto puede causar una destrucción masiva"

— Debo irme, Ron. Lo siento.

Harry no esperó ni un segundo para correr a la chimenea. Echó los polvos flu y se metió dentro sin un solo pensamiento atravesando su cabeza. Cuando salió, estaba en el atrio. Se dirigió rápidamente hacia el elevador. Una vez dentro, perdió la poca paciencia que le quedaba. No soportaba estar esperando tan tranquilamente ahí, mientras había una situación de grandes magnitudes.

"...destrucción masiva"

Las palabras que resonaron en su cabeza solo lo pusieron de peor humor. Además, había dejado su boda ¿qué pensaría Ginny? No tuvo tiempo de preocuparse. Siempre era así; el modo auror tomaba control sobre cualquier otra distracción. El elevador se detuvo en la primera parada. El departamento de deporte y juegos mágicos. Apenas se abrieron las puertas, a Harry le llegó el ruido ensordecedor del ambiente ajetreado que reinaba frente a él.

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