la hija del diablo [mejorada en proceso]

capitulo I

Han pasado 8 años desde que aquel regalo fue entregado a mi, aunque aquel último regalo me gustó mucho, nunca pensé estás tan encariñada con unas navajas, siento que son una parte de mi ahora cuando me aburro o me castigan en mi habitación por mi comportamiento en el infierno o sea en la "escuela" , saco unas de esas navajas la admiro por un rato pensando ¿Cómo demonios fue forjada? Por qué los detalles que tiene son muy difíciles para un herrero, el que las hizo debe ser un puto genio por qué son dignas de admirar. En estos momentos estoy castigada en mi habitación como un animal de zoológico por culpa de un imbécil bravucon, mi día había comenzado tranquilo como cualquier otro,hoy era el día en el  que tenía que ir a la "escuela" no tenía ganas de ir pero fui obligada como siempre, al llegar allí todo estaba tranquilo parecía que iba hacer un día normal hasta que sin razón me llamaron a la oficina del director, me quedé extrañada por un rato por qué nunca me habían llamado, lo pensé dos veces ¿Y si era una emergencia? ¿Y si mi mamá le ocurrió algo? Camine rápido hacia la oficina preocupada por lo que me dirían. Al llegar allí ví a un chico corpulento de al menos 15 años más o menos co. Un ojo morado sentado en unas de las sillas que estaban al frente del escritor del director, fruñi el celo confundida por qué no sabía que pasaba, el rector me dijo que me sentada dude unos segundos pero lo hice, entonces empezó lo que no esperaba, el chico que estaba a mi lado me estaba acusando de haberle golpeado, en ese momento me quedé sin palabras, mire al chico y después al rector, literal me había quedado sin palabras, ¿Golpear a alguien sin razón? Ese no es mi estilo, si se lo merece lo hago pero sin razón alguna pues yo no me meto, eso para comenzar por qué llamaron a mi madre, sabría que esto iría de mal en peor y así fue, me suspendieron por una 1 semana del colegio, estaba feliz en ese momento por no regresar a ese lugar por una semana pero cuando vi el rostro de mi madre sentí temor en mis adentro, mis manos empezaron a sudar, mi cuerpo daba pequeños temblores por qué no sabía cómo era mi madre, ella se disculpo por mi comportamiento y me hizo disculparme con el chico para así retirarnos, mi madre se adelantó mientras yo tomaba mis cosas, mientras iba a mi casillero escuché risas provenientes de un salón, alce mi cabeza para ver quiénes estaban allí, como sospechaba estaba el chico golpeado, con los chicos del equipo de fútbol y las fresas, una ira me invadió en ese momento pero respire hondo para contenerme por qué iba a cometer una locura, seguí mi camino con mi mochila en mi espalda como si nada hubiese pasado pero ellos me las iban a pagar muy caro mientras caminaba hacia el auto planeaba como vengarme de ellos, pude que estuviera paranoica pero he sentido que alguien me observaba desde hace tiempo me sentía acosada pero cada vez que miraba a mi alrededor no veía a nadie.

En el trayecto a casa mi madre estuvo regañandome todo el como si yo hubiese Sido la culpable, me enoja demasiado que le hayan creído a ese idiota espero que el que está allá arriba me ayude o quién sea por qué estás tipo de cosa me hace pensar que todo lo malo siempre me pasa a mi. Al llegar aquí se desataron los gritos de mi madre y ¿Que hice yo? Pues quedarme callada, no podía decir nada, mi madre como castigo me mandó a mí habitación sin cenar y así termine aquí.

Me he dado cuenta que cada día siento que en mi interior algo se ahueca como si algo se marchitara, reposo mi cabeza en la almohada dejando que mi mente descanse un rato, un frio entra por la ventana junto con la luz de la luna, se siente relajante ver a ese gran astro de la noche husmear por mi ventana haciendo poco a poco caer en un sueño apasible. No sé cuánto tiempo pase dormida pero aún sentía los residuos que quedaban de Morfeo, trate de conciliar el sueño varias veces pero ninguna de esa veces funcionó, me senté en el respaldo de la cama pasando mi mano por mi cara dándome cuenta así que la habitación estaba más oscura de lo normal como si un enorme manto negro hubiese cubierto mi habitación, para hacer las cosas peores sentía como si alguien caminara con unas botas muy pesadas, no sé si era mi mente que estaba agotada o lo estaba imaginando pero cada vez que trataba de dormir las pisadas se hacían más frecuente y más fuertes.