El sonido molesto del reloj haciendo tic-tac, mirando casi hipnotizado como se meneaban las ramas del árbol por el aire. Un estúpido sonrojo que persistía en sus mejillas al pensar en Yoongi.
¿Cómo sabía si de verdad le gustaba él?
—¿Debería buscar en Google...? —se preguntó a sí mismo, buscando su teléfono entre las sábanas.
De un golpe su puerta se abrió, haciéndolo gritar y caer de la cama. Su mamá entró a su habitación de lo más tranquila.
—¡Ma! ¿¡Por qué entras así!? —se quejó, volviendo a subir a su cama.
—Al menos no estabas bailando esta vez —dijo, recordando la tarde que lo encontró en pleno perreo hasta el suelo con las canciones de HyunA.
—Yah... ¿Qué haces aquí? —preguntó con bochorno.
—Hah... ¡Si es mi casa, cabrón! —Trató de darle un chanclazo en la maceta—. Pero, sí. Vine porque mi instinto maternal me lo dicta.
—¿Instinto maternal? —Salió de debajo de las sábanas que lo protegían de seres demoníacos y chanclas asesinas—. ¿Qué?
—Mi niño... —Acarició su cabello —. Ayer cuando te despertaste no miraste tus mugrosos tenis como si quisieras morir, en cambio suspiraste feliz y te arreglaste rápido para irte. También, cuando regresaste de la uni, estuviste jugando con la comida por un buen rato, cuando tu comes en chinga como maldito puerco enjaulado.
—¡No soy un puerco! Yo soy un cerdo decente... —murmuró en un puchero—. Igual, ¿¡qué tiene que ver todo eso!?
—Qué estás enamorado, pendejo —soltó sin más, haciendo a su hijo sonrojar.
—N-no es cierto... —Zape por pendejo—. ¡Auch!
—Jimin, no tienes que ocultarme nada. Excepto a Matthew. Él sí querrá matar a Yoongi por tocar a su hermanito.
—BM ni siquiera está aquí, se fue a México y... ¿C-cómo sabes que es Yoongi? No, digo, ¡no es Yoongi! Es... Es... ¡Alguien que no es Yoongi! —Su cara se coloreó completamente de rojo acuarela—. ¡Me gusta Yoongi! Digo... ¡No me gusta Yoongi!
—Jimin... —Su hijo se calmó, guardando silencio—. Es bien pinche obvio, no jodas. Me sorprende que ni tú mismo te des cuenta.
—Está bien... Sí, me gusta... Pero, ¿y sí él no me quiere a mí? —preguntó con desilusión en sus ojos.
Un buen putazo con la chancla le llegó en la mera jeta.
—¿¡Cómo chingados no te va a querer!? —Otro chanclazo—. ¡Si siempre está babeando por ti! Es más, ¡la otra vez se le paró cuando le tocaste la pierna!
—¿Q-qué...? —Peló los ojos.
—Pendejo y más aparte ciego —negó con decepción—. Jimin, ya, hijo, dile al pendejo de Yoon que lo amas y quieres ser su novio de verdad.
ESTÁS LEYENDO
La mesa de enamorados [Yoonmin] [Adaptación]
FanfictionCuando un nuevo año empieza en la universidad, tienes que ser rápido para conseguir un lugar a la hora del almuerzo. Jimin y Yoongi no alcanzan un lugar donde sentarse y se ven obligados a comer en el suelo. Aunque... hay unas mesas apartadas únicam...