Soy Iwein un cerdito de color negro con mofletes rojizos, una mirada achinada, una colita en espiral i una morrito muy cuqui.
Vivo en una granja al este de Dinamarca en un pueblo llamado Monguertown.
La granja es un lugar que esta bastante hecho polvo. Es una casa mal hecha de piedra que le faltan algunas piedras por poner. El tejado curiosamente fabricado de madera, le faltaba la mitad porque una vez un pequeño pero potente meteorito se estrello sobre él. Des de que ocurrió aquello mi amo nunca probo de arreglarlo. Todas las ventanas estaban rotas y habían sido sustituidas por cuatro maderas mal clavadas. La granja estaba rodeada de una alambrada metálica, electrificada por una maquina que conducía a un sótano oscuro donde a mi i al ganado nos prohibían entrar. Atrás de la casa había una caseta de madera de roble oscuro sin ventanas, una puerta que crujía i una escalerita para subir. En aquella muchos animales entraban pero nunca salían. A pesar de que el lugar en si era una MIERDA yo era feliz con mi llanura que envolvía todo el lugar i también con su bonito charco de barro.
Bueno...
Era feliz hasta que una noche. Cuando dormía tranquilamente en un pajar de la granja, mi hermano desapareció sin dejar rastro.
Recuerdo que aquel día me levante, me preocupe porqué solo vi a Tom(una vaca),a Chuck(otro cerdo) i a otros animales varios. No vi a mi hermano, me asuste mucho así que me puse a buscar alguna pista para poder encontrarle.
Lo único que encontré fueron unas huellas, se dirigían a aquella caseta que daba tan mal rollo. Fui caminando a ver si mi hermano estaba ahí. Subí las escaleritas, golpee con mi cabeza a la puerta y espere. De pronto oí unos pasos que se dirigían hacia mi, se abrió la puerta y vi a mi amo.Un hombre de unos 60 años con barba blanca, sin pelo, unos ojos demasiado pequeños para una cabeza tan grande, una barriga cervecera, una altura como de gnomo y una característica camisa de leñador.
Cuando me vio hizo un movimiento con la mano para que entendiese que me tenía que ir fuera y no podía entrar. Des de aquel día no supe nada mas de mi hermano.