Capítulo 2

290 24 25
                                    


—Kogane despierta, el desayuno está listo —sentí como zangoloteaban mi cuerpo— ya me tengo que ir a trabajar nos vemos al rato, no estoy muy seguro de si podre venir a comer, así que si gustas pedir algo de comer deje dinero en la mesa de la cocina, ten un lindo día —se despidió dándome un beso en la frente.

—Igual ten un lindo día papá —susurré mientras lo vi salir de la habitación.

Me levante de la cama he inmediatamente camine hacia al baño para darme una rápida ducha, me aliste colocándome el uniforme de la escuela, agarre mis cosas y baje las escaleras para ir hacia la cocina, al entrar note el dinero que me menciono junto al desayuno el cual comí con calma, hoy no tenía prisa.

Cuando termine lave mi plato y vaso, agarre mis cosas para salir de casa, debía emprender camino hacia la escuela.

Hoy había un buen clima, no hacia ni frio ni calor como normalmente suele ocurrir todas las mañanas, estaba templado lo cual agradecía ya que todos los días caminaba para ir a la escuela y muchas veces era frustrante pasar calor o frio durante el trayecto, pero hoy había una excepción.

La escuela no quedaba tan lejos de mi casa por lo cual encontraba mejor caminar que gastar dinero en el transporte, lo encontraba algo totalmente incensario.

Llegue a tiempo topándome en la entrada con Sakunami al cual salude, ambos nos dirigíamos al salón para comenzar el día de clases, todo trascurría con normalidad, los profesores explicaban su clase mientras dejaban tareas o proyectos, tuvimos nuestro receso y finalmente las clases terminaban, pero la practica daba comienzo.

—Vamos Kogane es hora de irnos —sentí como jalaban desesperadamente mi muñeca.

—¿Hoy intercambiaremos lugares? —pregunte entre risas observando cómo trata de llevarme como ayer yo lo había hecho con él.

—Sí, hoy yo me siento con energías para jugar —me pareció bastante cómico, no dije nada y solo me dejé llevar.

Cuando estábamos por llegar se escuchaban ruidos algo extraños por lo cual me soltó.

—¿Esos son gemidos? —preguntó susurrando.

—No lo sé, pero suenan como unos —puedo tener cara inocente pero claramente como todo adolescente sabia acerca de estos temas.

—¿A quién se le ocurre haces este tipo de cosas en la escuela? —lo vi negar repetidas veces— Entremos y les decimos que aquí no es lugar para hacer sus cosas, antes de que lleguen los demás, no queremos una situación vergonzosa.

—De acuerdo, será rápido.

Con un poco de dificultad trate de abrir la puerta pues se hallaba trabada, en cuanto lo logre le pedí Sakunami entrar primero por ser más bajito y por ultimo yo, pensé que notarían nuestra presencia, ni se inmutaron, estaba a punto de regañarlos como si fuera un profesor, pero aquella escena hizo que mis ojos abrieran de par en par.

—¡Futakuchi-san! ¡Aone-san! —el grito de mi compañero llamo la atención de los mencionados.

Me encontraba en shock, ambos tenían su cabello revuelto, su ropa algo desarreglada y los labios hinchados, eran un completo desastre. Los dos estaban avergonzados el sonrojo en sus caras lo decía todo, no podían ni mirarnos.

—Yo —trataba de hablar el castaño, pero al perecer la vergüenza lo consumía.

—Futakuchi-san este no es momento para hablar de algo tan delicado, haremos como que nada paso, el entrenamiento está por comenzar y los demás están a punto de venir, luego nos dan una explicación, por favor arréglense —dije mientras dirigía mi mirada al peliblanco— ¿de acuerdo? —pregunté obteniendo una afirmación de todos.

Un nuevo sentimiento || KogagoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora