Conocerte en este mundo. |AkaFuri|

Héroe y Villano.

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Un mundo en donde no pueda estar con Kouki no tiene sentido, así que cambie el mundo por él.

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Akashi Seijuro fue durante mucho tiempo el héroe número uno de Japón, fue el más aclamado, el ideal de héroe en que todos los niños querían convertirse, no porque fuese un tipo millonario, inteligente o con un encanto único, aunque ayudaba bastante con su popularidad con las mujeres, lo cierto es que Akashi fue, durante muchos años el ejemplo de confianza, integridad y justicia que todos los seres humanos de buen corazón amaron y admiraron.

En este mundo en donde los héroes y villanos existen.

En este mundo en donde los héroes y villanos existieron.

En este mundo donde los héroes se pueden volver villanos.

Akashi Seijuro una vez amo este mundo, amo a los seres humanos que lo habitaron; Akashi una vez se sintió orgulloso de lo que es, de lo que representaba para todos ellos, una vez Akashi dijo con orgullo que era un héroe, porto con su alma ese título y lo grabo en cada célula de su cuerpo; una vez Akashi sonrió por esto.

En este mundo donde Akashi Seijuro, el ser humano que siente, que ríe, que llora y que se enamora, encontró a la única sonrisa que puede llevarlo al cielo sin superpoderes, Furihata Kouki fue su pase al paraíso cada vez que podía besarlo. Furihata Kouki él niño sencillo y amable que ayudó a un niño cuando estaba perdido, Furihata el niño tímido y sonriente que amaba los pastelillos de fresa, Furihata el chico decidido y valiente, aunque no tenga ningún poder que intentó salvar a un desconocido de un villano.

Furihata pudo morir, fue extremadamente peligroso y estúpido. En ese tiempo, Akashi lo catalogo como un niño estúpidamente ingenuo o tal vez fue solo un niño que quería un poco de atención, pero después de conocerlo y pasar más tiempo con Furihata se dio cuenta de que estaba en la naturaleza bondadosa de Furihata que prefería ser él el lastimado a ver a otros sufrir.

—Tenía que ser familiar de Kuroko.

—Akashi-kun, no puedo darte a Furihata-kun, él es el tesoro de nuestra familia.

—Después de hoy, su nombre será Akashi Kouki y será solo mi tesoro.

Finalmente luego de tres años de relación con Furihata, ambos dieron el siguiente paso, unir sus vidas en un "y vivieron felices por siempre", Akashi tomó la mano de Furihata y juntos caminaron hacia el altar con la bendición de sus familias, de los ciudadanos japoneses y de todo el mundo que durante esa noche solo volcaron sus miradas en la perfecta pareja que el héroe y el chico común hicieron, fue casi como una de esas novelas románticas en donde al final, el amor prevalece y triunfa sobre el mal.

Akashi no mentiría si dijera que no se sintió así y quizás ese fue su error; pensar que la realidad era como la ficción en donde luego del final, no hay nada más. Desafortunadamente, Akashi solo se dio cuenta cuando fue demasiado tarde para poder hacer algo.

Aprendió que no debió confiar ciegamente en el gobierno, aprendió que todos los seres humanos pueden traicionar tu confianza sin importarles cuánto daño pueden ocasionar, aprendió que todos los humanos son egoístas y que siempre impondrán sus deseos sobre las necesidades de otros.

Aprendió a odiar y a llorar.

—¿Qué dijo el primer ministro? — Akashi miró directamente al tipo que le dio la orden de matar sin piedad a todo aquel que se oponga a la ley. — ¿Por qué no está aquí Kasamatsu Yukio? — Kasamatsu Yukio era el general del ejército imperial de Japón y era el único a quien Akashi le confiaría su vida, luego de sus compañeros héroes que tampoco estaban en el campo ese día.