II

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Narrador omnisciente

El día seguía pasando lento, los abuelos de Liz estaban durmiendo una pequeña siesta mientras ella simplemente observaba la ventana, pero al ver a unas patrullas decidió ir a ver que ocurría.

Dió los pasos más lentos que pudo, el piso era de madera y ella temía que crujiera, eso podría despertar a sus abuelos, con su mano tomó el picaporte y le dio media vuelta para luego empujarlo, así abriendo la puerta luego de dos pasos ya estaba fuera de la casa.

Se sentía bien, el viento frío golpeando su piel, el sentir como su cabello se agitaba y como sus botas pisaban el pasto.

Por su mente pasaba la pregunta de, ¿qué habrá pasado?, mientras caminaba observando al frente, las patrullas y los grupos de policías hablando o recogiendo cosas en bolsas.

???: ¿Qué tanto miras?, ¿a caso nunca viste algo así?

Un joven, un tanto atractivo para Liz, de unos 18/19 años, le lanzaba una mirada de desaprobación, sin embargo grande fue su sorpresa al notar que ella no se quedaría callada.

Liz: He visto incluso cosas peores. ¿Por qué?, ¿tienes algún problema?

El joven solto una pequeña sonrisa y le extendió la mano en forma de saludo.

???: José, puedes llamarme así

Liz le devolvió la sonrisa mientras extendía sus manos para estrechar la mano del chico.

Liz: Mi nombre es Eliza, pero todos me llaman Liz

José: Bien, te llamaré Eli

Liz: Da igual, ahora cuéntame, ¿qué pasó allí?

Luego de hablar señaló el granero lleno de policías, ella estaba empezando a tener demasiada curiosidad así que pensó en dejar para después las presentaciones formales.

José: Allí vivía un hombre con su esposa, o por lo menos venían de vez en cuanto, al parecer la mató luego a un cerdo así intentando esconder las partes de su cuerpo entre las piezas del cuerpo del cerdo, lo difícil está en que todavía no encuentran todas las partes

Liz: Ahora tengo otra duda

José: ¿cuál?

Liz: ¿Por qué sabes tanto?

El lindo joven de cabellos castaños sonrió algo incrédulo y luego le contestó.

José: Habiendo tantas personas observando la escena te acercaste a un pasante, quiero ser policía.

Liz: Interesante

Luego de decir eso empezó a volver a la casa de sus abuelos, o eso intentó pues ya bien el joven le preguntó.

José: ¿Por qué vas ahí?

Liz: Es la casa de mis abuelos.

José: Oh genial entonces seremos casi vecinos,

Liz: ¿A qué te refieres?

José: Vivo en la esquina, bueno, nos vemos.

Liz decidió no darle importancia y siguió caminando, al abrir la puerta se topó con su abuela que la miraba con algo de tristeza.

Ofelia: Dónde estabas?

Liz: Sólo quería saber que pasó adelante, al vecino

Ofelia: Mi niña, salir así es peligroso, deberías avisarme

Liz: Estaban durmiendo, no los quería despertar

Ofelia: Está bien, pero para la siguiente no dudes en avisarme

Liz: Okay

Liz decidió que simplemente cedería, pues temía molestar a su abuela, era una mujer dulce pero con un carácter fuerte.

Sin más fue a su habitación, abrió la puerta y se acostó de golpe en su cama, tenía ganas de gritarle a la almohada, estaba molesta, estaba en una casa que no era suya, sin señal y con hambre.

Se acostó y se arropó, recién eran las seis de la tarde y ya se estaba muriendo de hambre, lo único que la consolaba era que faltaba poco para la cena.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2021 ⏰

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