𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 ♡̶ : KOOKGI.

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Dedicado a HopeToSunrise, _SweetDaarkness_ y yoonjipotaxio. ♡

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Suspiró sonoramente y salió del edificio acompañado de uno de sus amigos —y compañero de trabajo—, quien le hablaba animadamente sobre temas al azar. De manera tranquila, se dirigieron al vehículo que se encontraba estacionado en la calle de enfrente, para después despedirse. Era viernes, por suerte. Se verían otra vez el lunes por la mañana.

Pudo ver cómo el vehículo de su amigo se alejaba de él bastante rápido, por lo que se dio media vuelta y comenzó caminar hacia su departamento, el cual no se hallaba ubicado tan alejado de la zona.

En su camino, pasó junto a un pequeño parque y decidió recorrer dicho lugar por unos minutos, dado a que no tenía prisa por llegar a casa. Inició su caminata alrededor de todo el sector, mientras veía a los niños jugar y a los adolescentes hablar y/o bromear entre ellos.

En cuanto vio a un niño de cabello negro, baja estatura y cuerpo delgado; se le presentó una fuerte nostalgia, fue inevitable que lo recordara. Por milésima vez en tanto tiempo, se preguntó cómo se encontraría ahora y si podría llegar a tenerlo presente ante él algún día.

Desde aquella noche, no había vuelto a ver a NamJoon ni tampoco a su hijo. Luego del pequeño y bello encuentro, había dejado su vieja vida y todo lo relacionado con ella. Fue una tarea complicada y demasiado estresante, pero estaba decidido a lograr avanzar; buscó un trabajo estable y aprendió —con apoyo de diversos profesionales— a controlar sus ataques de ansiedad, aunque prácticamente ya no sufría de ninguno.

En la actualidad, a los veintinueve años de edad —siete años después de aquel día— formaba parte de unas de las empresas más importantes de la ciudad. Tenía la posibilidad de contar con su propio departamento, disfrutar de la compañía de buenos amigos y una verdadera vida. Todo gracias a las dos horas que compartió con cierto niño.

YoonGi negó con la cabeza suavemente, tratando de apartar esos pensamientos. Sin dudarlo mucho, decidió que ya era momento de retirarse y se dispuso a continuar con su camino. Pero, en dicho instante, escuchó una voz a lo lejos, la cual lo obligó a detener su paso.

Se dio media vuelta y pudo notar que un joven se acercaba rápidamente, quien no tardó mucho en posarse frente a él. JungKook lo examinó con la mirada; tenía el cabello de un color medio rojizo, era delgado y medía aproximadamente un metro ochenta. Se encontraba vestido con una remera negra, jeans azules y zapatillas blancas; mientras que también llevaba una mochila en su espalda. Parecía tener entre veinte y veintidós años de edad, no más.

—¿Si? —habló el ahora pelinegro, mirando al joven y sintiendo una sensación extraña invadirlo—. ¿Puedo ayudarte en algo?