𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 ♡̶ : KOOKGI.

03│Final

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Abrí la puerta del departamento e ingresé rápidamente, dejando la entrada tal cual estaba detrás de mí. Me senté en el sofá antes de quitarme el saco negro, para luego arrojarlo al otro sillón y hacer también lo mismo con mi corbata.  

Sentí cómo la puerta del lugar se cerraba con cuidado, la manera en la que específicamente él la cerraba. Tras esto, pude notar que aquel chico comenzaba a caminar a mí con un andar bastante temeroso y muy inseguro.

—Lo siento —me susurró entonces, pero negué con la cabeza.

—No digas nada, JungKook.

—Pero, YoonGi, realmente no fue intencional.

Él se movió nervioso y rascó su nuca, claramente intentando seleccionar las palabras adecuadas.

—Yo no creí que reaccionarías así, pensé que...

—Pensaste mal. ¿No pudiste haberme consultado antes? Tendrías que haberlo hecho. —Lo miré molesto y me levanté de mi lugar, sintiendo que ya no me podía seguir conteniendo por más tiempo—. ¡Maldición, JungKook!

—Yo no sabía cómo hacerlo.

—No interesa. ¡Tenías que habérmelo dicho!

—¡No pude! —me gritó molesto y logró tomarme por sorpresa, dado a que él parecía estar muy exasperado también—. Cada vez que intentaba hablarte de mi padre, tú me cambiabas el tema o simplemente te ibas. Nunca me escuchabas —dijo en verdad enfadado.

JungKook dirigió su mirada al suelo.

—¿Cómo querías que te lo dijera? Joder, YoonGi. —Él se pasó una mano por el resto y noté que intentaba controlarse—. Yo solamente quería que mi padre pudiese conocer a mi novio —me aseguró como si aquello fue lo más claro y sencillo del mundo—, quería solucionar todo.

—No era necesario hacerlo —le dije cortante.

—Pero yo quería...

—¡No importa! ¡Yo no quería! —alcé mi voz de repente, logrando que él se sobresalte y me mirara incrédulo, ya que era la primera vez que me veía así—. Es sencillo para ti, ¿no? Por supuesto, porque a ti no era a quien le pagaba tu padre —mencioné con ironía y mucha amargura—. Tú no eras a quien le pagaba para poder follarlo toda la noche de forma dura.

Él abrió sus ojos más de lo normal, era claro que mis palabras y manera particular de actuar lo había sorprendido; pero, después de unos segundos, pude notar que la molestia lo invadía y su cuerpo comenzaba a temblar.

—Tienes razón. Yo no era ese chico al que le pagaban por sexo, pero era el hijo del hombre que le pagaba a aquel chico —dijo con dolor en su voz—. ¿Crees que realmente es fácil para mí? ¿Piensas que lo es? —preguntó molesto, recriminando el trato que le estaba dando—. ¿Sabes lo que fue enterarme de lo que hacía mi padre con chicos como tú? Él era mi modelo a seguir, era mi ídolo. —Sus ojos se llenaron de lágrimas al igual que los míos—. ¿¡Crees que fue fácil enterarme de eso!?