❝End To Start❞. [YuMark • NCT]

❝Capítulo 1❞.

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—¡Su majestad! ¡Su majestad, espere por favor! ¡Su majestad! —la joven muchacha corría con gran esfuerzo detrás del apresurado y escurridizo príncipe, el cual había escapado nuevamente por uno de los pasadizos secretos del gran castillo y se encontraba corriendo por uno de los pasillos principales del lugar, queriendo ir hacia el lago que quedaba a varios metros del palacio, ubicado al norte de la entrada principal— ¡Su majestad!

Yuta volteó con una gran sonrisa en sus labios, observando como una de sus sirvientas corría tras de él con la —estúpida— esperanza de alcanzarlo y detenerlo. ¡Ja! Era uno de los sujetos más rápidos de ese reino, la pobre muchacha no tenía oportunidad; aceleró, acentuando su sonrisa mientras intentaba torpemente recoger su largo cabello en una coleta para que algunos de los mechones dejasen de estorbar en su rostro, afortunadamente lo consiguió, obteniendo no el mejor de los resultados, pero si uno bastante decente dadas las circunstancias. Siguió su camino mientras miraba al frente y esquivaba a algunos de los empleados, haciendo tropezar a más de uno y exclamando un "¡Lo siento!" sin siquiera voltear, y es que no podía darse el lujo de atrasarse.

Cuando estaba a punto de salir por una de las puertas traseras del lugar fue bajando la velocidad y volteó por una última vez, soltando una leve risa antes de emprender nuevamente su camino, sin embargo, una vez que giró la esquina del pasillo que lo llevaría a su salida, tropezó con algo que lo hizo detenerse y trastabillar un poco, miró hacia el frente nuevamente para encontrarse con ese "algo" que en realidad era su guardia personal, el cual tenía ambas manos tras su espalda y lo mirada con sus cejas elevadas.

—Ese no parece un comportamiento digno de un príncipe heredero, su majestad —soltó con expresión seria. Un suspiro abandonó los labios del príncipe y puso ambas manos en su cadera, dándole una dura mirada a la persona frente de sí— ¿Algo que decir en su defensa? A este paso me veré en la obligación de acusarlo con el Rey.

Yuta cruzó sus brazos sobre su pecho, no pudiendo evitar sonreír ante la situación, dejando de lado su semblante serio.

—Oh vamos —chasqueó su lengua—, ¿Su majestad? ¿No pasamos esa etapa ya hace un tiempo? —inquirió con sus cejas alzadas, el contrario suspiró, relajando sus hombros, dejando sus brazos a sus lados y también reflejando una expresión más relajada, pero aún así un toque de reproche se reflejaba en sus ojos.

El desastroso príncipe llevó ambas manos hasta los hombros del adverso, sonriendo aún más y mirándolo divertido. El guardia rodó sus ojos, simplemente no podía resistirse a esa mirada, a esa sonrisa. Llevó ambas manos hasta el desordenado cabello  del castaño para soltar su coleta y hacerle una mucho más estructurada y pulcra.

—¿Peleaste con una ventana nuevamente? —musitó al terminar, observando un raspón en su mejilla— Debe tener cuidado, su maj- Yuta —se corrigió al ver su expresión de desagrado nada más comenzar a decir tales palabras, él en serio odiaba ser llamado de esa manera por él, y nadie más tenía permitido tal confianza con su persona—. ¿Ibas al lago? —cuestionó alejándose dos pasos y regresando sus manos hasta detrás de su espalda, Yuta parpadeó, aquella era una pregunta estúpida; Mark sabía perfectamente que todos los días luego de las cinco y media de la tarde Yuta escapaba de donde sea que estuviese para dirigirse al lago a observar el cielo y esperar la salida de las estrellas, admirando aquellos brillantes puntos tan lejanos que siempre lograban hacerlo sentir bien, en paz, mientras preguntas surgían en su mente, tales como "¿A qué se debe su existencia? ¿Cuál es su propósito? ¿Podría algún día llegar a alcanzar alguna de ellas?"

Día con día, más incógnitas llenaban su mente mientras no despegaba su mirada de las estrellas, queriendo que estas permanecieran allí toda su vida, sin desaparecer una vez el sol saliera.