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Recuerdos de Abby

—Cargo con tu peso en mi pesado corazón. y el viento es tan helador que yo me quedo entumecida. Cargo con tu peso dirigiéndome de nuevo al principio, con un millar de ojos sobre mí, me tropiezo—sus ojos se cerraron escuchando la música que salía por los grandes auriculares. Las imágenes de su padre y sus amigos pararecieronEstoy cansada, me estoy haciendo mayorsu padre dejó con una mano una la bolsa con un polvo blanco sobre la mesa, con la otra sostenía sus cartas de juego y entre sus labios sonrientes llevaba un cigarrillo. Algunos de sus amigos aplaudieron, otros soltaban carcajadas—me debilito cada día. Cargo con tu peso, cargo con tu peso. Entrégate, aquí a mi lado, en el agua poco profunda, a mi lado, donde el sol brilla quieto sobre nosotros—Sus ojos se abrieron de golpe. No queria recordarlo, no ahora. Pero no podía sacaelo de su mente. Cuando paso todo sólo tenía diez años, era una niña—Entrégate, aquí a mi lado, en el agua consagrada, junto a mí, con el lado bueno de las cosas,

se queda hasta que suene la sirena.—su padre le hace una seña para que se acercara, ella hace caso. Él la abraza, besa su frente y le escucha decir “ella es mi princesa. Saluda mi amor”, uno de los amigos contesta riendo “podría ser la princesa de todos”. Abby recuerda las miradas de aquellos hombres en ese momento no entendió sus miradas, cuando creció lo hizo y quiso vomitar—Seguimos al sol en su caida hasta que tocamos la noche, y me abrazas tan fuertemente, es difícil respirar.—¿Cómo su padre permitió ese asqueroso comentario?. Bueno, era un drogadicto y adicto a las apuestas, nada diferente de los que estaban sentados en esa maldita mesa—Y estoy cansada, me estoy haciendo mayor,
me debilito cada día. Seguimos al sol en su caida, seguimos al sol en su caida.—

Los gritos y empujones comenzaron, se culpaban de que algunos hicieron trampa para ganar. La niña asustada se encerró en su habitación, se sento en la cama y con fuerza cubrió sus oidos

Odio esto

—Dame la maldita droga y el dinero. ¡HICISTE TRAMPA!—

—No te doy nada, gane. Asumelo— Abby quito las manos de sus oidos al no escuchar nada—baja el arma Travis, tranquilo—

—¡Eres un maldito! ¡Te voy a matar y me voy a llevar todo hasta tu linda princesita!—un disparo se escucho por toda la casa. Abby dio un gran salto del susto, se tiro al suelo y nuevamente cubrió sus oidos. Grandes gotas de agua empezaron a salir de sus ojos, estaba aterrada

Entrégate, aquí a mi lado, en el agua poco profunda, a mi lado, donde el sol brilla quieto sobre nosotros. Entrégate, aquí a mi lado, en el agua consagrada, junto a mí, con el lado bueno de las cosas,—se recuerda gritando mientras llora. Travis la agarró cómo saco de papas y camina hacia la salida de la casa. Abby trataba de agarrarse de las cosas pero era pequeña, el adulto le gana en fuerza—se queda hasta que suena la sirena,
la sirena está sonando. Sí, estoy cansada, me estoy haciendo mayor, me debilito cada día.! Me estoy ahogando y tú robas cada aliento, llévame lejos y simplemente entrégate, aquí a mi lado, en el agua poco profunda,
a mi lado, donde el sol brilla quieto sobre nosotros.—Travis la bajo al frente de la puerta de su casa. Ella trato de escapar pero él agarro del cullo. Abby de la rabia le escupió la cara ganandose un puñetazo. “zorra” susurro Travis.
Abby llevo sus manos a la nariz y lloro en silenció, decidió quedarse quieta. Veia borroso, pero pudo diferencia unas luces rojas y azules, y los motores de los autos

—¡arriba las manos! —grito el desconocido. Abby por instinto hizo caso y cerro los ojos que aun caian gotas de agua—¡Dije arriba las...!—no pudo terminar por Travis que disparo, la niña se tiro al suelo por el miedo y se puso en posición fetal tapando sus oidos

Sɪ ᴇsᴛᴜᴠɪʀᴀs ᴇɴ sᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora