El hospital maldito.

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Resulta que en esa casa vivían una pareja de esposos y su mayordomo, pero la mujer de la pareja se enamoró del mayordomo y éste se enamoró de ella. Lo único que se interponía entre ellos era el marido y decidieron acabar con él. Un día el mayordomo llamó con "urgencia" al señor este y cuando fue al lugar el mayordomo le propinó 17 puñaladas por todo el cuerpo y éste murió. Inmediatamente lo enterraron y así quedó. Pero no acaba aquí. Un día mientras dormían los dos, la mujer, a la que llamaremos Eva, le dijo al mayordomo al cual le llamaremos Juan lo siguiente. - Juan ¿escuchaste algo?. A lo que éste respondió: - No molestes y vuelve a dormir. Pero los dos volvieron a escuchar pasos en las gradas (ya que era una casa de dos pisos) que eran de madera, y esta vez Juan sacó rápidamente su cuchillo y le dijo a Eva que no se moviese hasta cuando él regresara. Juan fue a las escaleras y no había nada, entonces volteó y vió el cuerpo podrido del marido con el mismo puñal con el que éste lo mató. Acto seguido Juan dijo: - Pero yo creí... tú... ¿qué vas a ha... ? Y se escuchó cómo gritaba Juan, Eva intentó pedir auxilio pero no le salía voz de la garganta y el marido le incrustó el puñal en la cara y luego en el estómago. Posteriormente la policía local se dió cuenta de que nadie salía ni entraba hacía más de cinco meses y era imposible quedarse ese tiempo sin salir ya que tenían que trabajar y no habría comida, y ésta irrumpió en la casa encontrando una escena macabra sin precedentes en esta pacífica ciudad: El cuerpo del mayordomo degollado, un puñal en la cara de la mujer y un cuchillo en su vientre y la cara sonriente del cuerpo putrefacto del marido sujetando el corazón de la mujer. La policía buscó al culpable, pero nunca lo encontró. Recientemente demolieron esa casona y construyeron un hospital para los pacientes de la zona, pero pasan cosas muy raras. Se escuchan risas, los enfermos se quejan de un hombre que les pide ayuda todos los días, una mujer sin rostro camina y un sin fin de hechos. Los médicos hicieron bendecir este edificio, pero finalmente nada cambió y como no había dinero para mudanzas ahí se quedaron y siguen hasta hoy. Pero ahora a la media noche se escuchan cadenas en los pasillos, gritos y risas macabras.

Historias de miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora