Cuando tenía 8 años, soñaba con volar en el cielo, desafiar la gravedad, todos me decían que era cosa de niños, pero entonces años después descubrí que no lo era, que había personas que habían retomado aquellos sueños infantiles y los habían convertido en realidad.
Los sueños pueden ser de aire o de materia sólida, los sueños son anhelos y de nosotros depende convertirlos en realidad.
No olvidemos nunca que la mente de un niño es mucho más ingeniosa que la de un adulto, porque no siempre se necesita tener la razón para estar bien, no siempre se le tiene que ver el sentido a la vida, a veces, es mejor ser ignorantes, es más feliz, y eso, lo comprobamos cuando éramos niños, porque tanto tú como yo, alguna vez lo fuimos, y debes de saber que nunca dejamos de serlo.
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INEFABLE
PoetryY si pudiera exponer mi mundo, lo haría con palabras cultas. Palabras que toquen el alma y penetren la mente.