Capítulo 9. Parte II.

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Esto es desesperante.

Llevamos más de dos horas esperando alguna noticia nueva y nadie ha venido, aun, a decirnos nada.

-Necesito saber cómo está-suelto por decimonovena vez.

-Tranquila, ¿vale? Seguro que salen pronto a decirnos algo-dice Lara, mirando de reojo a Alberto.

Ni ella misma está segura.

Me levanto de la silla y comienzo a pasear de arriba a abajo en la sala de espera de urgencias. He estado años sin morderme las uñas, pero hoy he vuelto a caer en la tentación.

Me paro y apoyo la frente en una de las paredes. Estoy agotada y mi cuerpo no puede más consigo mismo.

-Familiares de Lucas Martínez-dice una chica. Pego un salto porque estaba ensimismada en mi propio mundo.

Pero antes de que me dé tiempo a hablar, Alberto ya ha respondido por mi y se ha levantado de su asiento.

Yo estoy quieta, tengo miedo. ¿Y si le ha pasado algo? No podría. No aguantaría.

Lara me llama para que vaya donde están ellos, pero yo niego con la cabeza.

Ella se queda allí, junto a Alberto y la enferma enterándose de cómo está Lucas.

Alberto, de repente, se pone pálido y se tiene que sentar. Es entonces, cuando comienza a llorar. Lara no sabe qué hacer y la enfermera la dice algo mientras ambas me miran.

La enfermera se acerca donde estoy yo y me dice, amablemente, que me siente, que tiene que hablar conmigo.

Es entonces, cuando ya estoy sentada, cuando me cuenta todo. Lo malo y lo bueno. ¿Lo bueno? Que se va a despertar. ¿Lo malo? Que no se sabe cuándo. Pero hay una frase que mi cabeza no deja de repetir: "ha estado a punto de irse, pero supongo que hay aquí alguien que le necesita más".

Cuando me doy cuenta, ya estoy andando por un pasillo. Siento que me voy a caer en cuestión de segundos, pero antes de hacerlo, nos paramos delante de una puerta, en la cual me acabo apoyando.

-No puedo entrar ahí. No-digo negando con la cabeza.

-Amaya, te necesita. Ahora más que nunca. No puedes fallarle-dice Lara.

Me abraza, pero yo comienzo a temblar. Alberto, simplemente, hace un leve movimiento de cabeza diciéndome que entre, mientras susurra un "todo va a estar bien".

La enfermera me acompaña hasta donde está Lucas. Al parecer está en la otra punta de la habitación porque no dejamos de andar. Eso o el hecho de andar se ha vuelto eterno.

Cuando llegamos, se me encoge el corazón y me quedo sin respirar. Está lleno de cables y de tubos de plástico por todas partes. La enfermera me empuja un poco para que me siente al lado de la cama.

-Te dejo a solas diez minutos, ¿vale? No puedo dejarte más-dice mientras yo asiento, intentando volver a respirar.

Había sufrido por amor, había sufrido hasta el punto de pasarme noches enteras llorando, pero nunca había sufrido de la manera en la que estoy sufriendo ahora. Supongo que lo que siento por él nunca lo había sentido con nadie, ya que nadie me había hecho sentir tan viva, tan llena de vida, nunca nadie me había hecho reír todos los días hasta que Lucas apareció. Supongo que le quiero de una forma que no sabía que podía sentir, una forma que siempre había imaginado pero no experimentado. Y eso me hace quererle más si puedo.

Sí, es cierto. Es un chico problemático, pero ¿y qué? Sin un poco de riesgo esta vida seria una mierda.

Me le quedo mirando mientras sonrío, a pesar de estar llorando. No sé si sabrá que estoy aquí o no, pero me da igual. Me da igual lo que ha pasado, ahora mismo en lo único que puedo pensar es en que se despierte, en que quiero que se despierte, lo necesito.

Le necesito.

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Mis queridos lectores fantasma:

Hasta aquí el capítulo de hoy. Tengo que pensarme si daros mas sustos o no.

Muchísimas gracias por seguir leyendo, de verdad. No pensé que tanta gente la leería (si es que realmente la lee alguien y no sois fantasmas de verdad).

A partir de ahora volveré a subir todos los miércoles, o ese es el plan.

Comentad y votad, por favore. Necesito saber vuestra opinión D:

También quiero deciros que esta novela iba a ser corta, pero al ver que la leéis, la estoy intentando alargar y hacer lo mejor posible.

Creo que no tengo nada mas que decir.

¡Gracias y hasta el miércoles!

Carreras de coches.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora