Solo tú - Nanami Kento

Capitulo 1

Hacía frío fuera del aeropuerto. Pasé por un café antes de salir a esperar mi taxi que me llevaría directo a la escuela de hechicería en Kyoto. Allí me esperaba mi nuevo trabajo como asistente de uno de los profesores. Estaba algo nerviosa, pero sabía que ya era tarde para arrepentirme.

Soy de Osaka. Nací y me críe ahi. Mis madres son unas excelentes profesionales y tengo una hermanita de 5 llamada Olivia. Cuando les dije que me vendria aqui no dudaron en apoyarme. Ellas son mi todo. Admito que me fue muy dificil dejarlas, pero este es mi destino.

Mientras el coche avanzaba por aquella larga avenida llena de edificios y carteles muy llamativos, vi mi reflejo por el espejo retrovisor. Todo lo que observe fue a una chica de 20 años mudandose a la ciudad de sus sueños para vivir una aventura. Aunque no estaba muy segura de que depararía el destino, pero de lo que si es que la iba a pasar bien ( o eso creía).

- Llegamos- dijo el chofer mientras estacionaba en la puerta de la escuela. Bajé mis maletas y me recibió una mujer.

-Hola me llamo Mei Mei. Tu debes ser la nueva asistente de Nanami, pasa que te llevo a la oficina del director.-dijo la chica. Debo decir que se me pusieron los pelos de punta cuando la escuche hablar y creo que acababa de perder la poca heterosexualidad que me quedaba.

Se paró frente a una puerta gigantesca y me dijo
- Aqui es, linda. Bienvenida a la escuela. Dejame llevar estas maletas a la sala de espera. Nos vemos- y me guiño un ojo. Me puse palida, le agradecí y pase hacia la oficina. *bi panic*
- Bienvenida, señorita Brown. Tome asiento. El señor Nanami tuvo un imprevisto pero no tardará en llegar.
- Oh muchas gracias. Descuide, no tengo apuro.
- Bien. Asi que tienes una tecnicatura en gestion de empresas y una maestría en administracion... Mira, te dare una planilla y un par de papeles que tendras que firmar. Puedes leerlo tranquila. Por mientras, podrias hablarme de tus expectativas sobre este trabajo.
- Uhm, sisi. Verá, yo-

*toc toc* *se abre la puerta*

- Disculpen la demora, ya estoy aqui.
- Oh Nanami. Pasa por favor. Te presento a Emma Brown, tu nueva asistente.
- Encantado, Emma- dijo el hombre de traje quien me extendia la mano en forma de saludo.
- Igualmente, señor Nanami- contesté y extreche su mano.
- Oh por favor, llamame Nanami nada más.
- Esta bien- respondí.

Nos quedamos en silencio un momento hasta que el director dijo que tenia que irse a una reunion. Nanami me dijo que lo acompañara hasta su oficina asi me mostraba donde poner mis cosas y demás.
Salimos del despacho y camine detras de el. Me intriga, parece un tipo reservado e interesante. Me gusta. Igualmente nunca me meteria con mi jefe. Eso siempre trae consecuencias.

- Pasa, por favor.- exclamó el rubio mientras me indicaba la puerta. Asentí con la cabeza y entre. Es una oficina no muy grande pero es acogedora. Tiene todo lo que tendria una oficina normal pero lo que me llamo la atencion es un sillon que habia ahi.
- Aquí esta tu escritorio. Debo decir que la verdad no esperaba tener una asistente, pero ultimamente me he dado cuenta que me hacia falta. Espero que podamos llevarnos bien y estes al alcance de mis expectativas, Emma.
- Esta bien. Yo tambien espero lo mismo- contesté sonriendo.
- Bien, debo irme ya. Te espero mañana a las 8 AM. Tengo una mision y quiero que me acompañes.- dijo mientras se acomodaba la corbata y agarraba su maletín.
- Ok, nos vemos mañana.
- Adios.

Y asi cada uno partio por su lado despues de salir de la oficina. Empece a caminar buscando la sala de espera para recoger mis maletas cuando me topé con un grupo de chicos y un muchacho que les seguia detras.

- Uhm, disculpen.. ¿Saben dónde esta la sala de espera?
- Huh? Oh! Si! es allí al fondo, la puerta derecha.- respondio un chico muy simpatico de pelo rosa señalando el pasillo.
- Muchas gracias!!- respondi con una sonrisa.

Los chicos siguieron caminando, cuando alcé mi vista tenia la mirada clavada en mi el muchacho que estaba con los chicos. Le sonrei y me devolvio la sonrisa. Siguio detras de los chicos pero no dejaba de mirarme. Que extraño.

Caminé hacia el fondo y me asome en la sala. No habia nadie. Por suerte mis bolsos seguian ahí. Los tomé y llamé un taxi para que me lleve a mi departamento. Con solo pensar que tendre que ordenar la ropa y mis cosas cuando llegue me hace sentir muy cansada. Sin contar que mañana llega el camion de las mudanzas a traer mis muebles. En fin, mañana será mi primer día de trabajo. Espero no quedarme dormida.

.
.
.