S U S A N.

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Había un dibujo muy antiguo en la habitación de Ray. Un dibujo que estaba pegado a la pared encima de su escritorio de trabajo.

Aquel dibujo siempre le dio curiosidad.

Era un tierno dibujo infantil. Era Ray caminando por un campo de flores agarrado de las manos con lo que parecía ser una chica de cabello negro largo y sombrero de satín dibujado encima de su cabecita coloreada. De por sí, el dibujo era lindo y agradable, pero.

¿Quién era ella?

En todos los años en que conoce a Ray, no recordaba a una chica azabache que fuera tan unida a Ray como para hacerle un dibujo que Ray aun lo tuviera en su pared desde ya hace un tiempo.

Recordó que una vez, Emma y él le preguntaron a Ray quien era la chica que le dio el dibujo.

“No recuerdo quien me la dio.”

Eso lo hizo sentir extrañados tanto a Emma como a él, pero no volvieron a preguntar, hasta incluso, olvidaron que ese dibujo existía aun.

Hasta un día en especial.

Tenía abrazado a Ray por la espalda en los pasillos de un supermercado. Esperaba que con eso su rostro de mala vida por haberlo arrastrado a la tienda se quitara al rato.

Esto no era lo que tenían planeado para su día. Tenían planeado ir a casa de Emma para ver películas antiguas mientras bebían soda y comían palomitas acarameladas, y si era posible robarle uno que otro beso a Ray cada vez que Emma estuviera distraída. Pero cuando Yuugo le pidió a Emma ir a la tienda a comprar varias cosas para la cena de esa noche no pudo evitar que Emma los arrastrara con ella.

A pesar de él no tener problemas con ir a la tienda, para Ray era un martirio. Se aburría y detestaba caminar por los diversos pasillos por 15 minutos buscando solo un producto que de seguro acabaría en dos días.

Tuvo que pedirle con tratos cariñosos que los acompañara aun cuando Ray le decía que quería quedarse con Yuugo y Carol en la casa. Pero terminó aceptando.

Mala idea, ahora parecía que Ray estaba enojado con él por arrastrarlo a un lugar que le parecía insufrible.

— Ray~. Amor, quita esa cara.

Le pidió suavemente con un puchero. A pesar de que se le hacía algo tierno el rostro de frustración de Ray, no podía dejar de pensar que estaba exactamente enojado con él por haberlo obligado a ir.

Tal vez si tuvo que haberlo dejado junto con Yuugo en la casa.

Ray no respondió. Solo suspiró un poco antes de tomar sus brazos enrollados en su vientre y pensando que los iba a apartar, solo lo acarició. Pareciendo como si lo quisiera abrazar. Eso lo hizo sonreír.

Aun pensaba cuando Ray le recordó que no era muy cariñoso de por sí, pero ver como lo intentaba consigo y trataba de transmitirle más cariño, a pesar de que este fuera muy poco o casi nulo, al menos se esforzaba. Entonces ver cómo le demostraba un poco de cariño lo ponía feliz, y lo emocionaba.

— ¿Quisieras que te compre algo para hacerte feliz?

Pero Ray negó con la cabeza.

— No. Sabes que no me gusta que gastes dinero en mí.

— Y tú sabes que no me molesta gastar dinero en ti. ¿Algo que quieras comer? ¿Un chocolate? ¿Un helado?

A ti.

Fue como si su corazón se saltara un latido.

Si Emma no estuviera en otro pasillo buscando un cereal, se hubiera burlado de lo rápido que su rostro se coloreó en rojo ante esa frase de solo 2 palabras.

⦅ℙ𝕚𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤⦆ - 𝙽𝚘𝚛𝚖𝚊𝚗 𝚡 𝚁𝚊𝚢  [CANCELADO]Where stories live. Discover now