Golpes

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(Segunda temporada)

   Aquellos últimos días habían sido bastante agotadores para Stiles, quien entrando a su casa y cerrando la puerta detrás de él con seguro, se arrastra escaleras arriba sin encender las luces.

Los últimos días habían sido agotadores, metiendo a su padre en problemas y causando que le gritaran; eso hacía que Stiles se sintiera como el peor hijo del mundo. Tener que ver a su padre soportar esos tratos por su culpa. Sentándose al final de las escaleras, sin poder llegar a su habitación, se recuesta de la pared y flexiona las piernas contra su pecho. Allí, en el silencio y oscuridad de su casa, se siente pequeño y solo; desprotegido.

Inevitablemente piensa en su madre, en como lo acunaba contra ella cuando se sentía mal o alguien se había metido con él en la escuela primaria. Entonces abraza sus piernas, ocultando la cara sobre las rodillas. Una, dos, tres respiraciones. Inevitablemente, también recuerda cuando se culpó por su deterioro. Era demasiado joven para entender que realmente no era su culpa, pero cuando la escuchó hablar con su padre sobre lo que ella pensaba de él, Stiles torpemente creyó que su presencia causaba que no se curara. Su madre creía que quería asesinarla, y los nervios que le causaba verlo era un nivel tan estresante, que no podía progresar en su tratamiento.

Fue un peso que llevó por muchos años, uno que le hacía sentir el "peor hijo del mundo". Sollozando, porque ya no puede contener más sus sentimientos, su cuerpo duele y le recuerda que además esta herido. 

Stiles estaba herido, golpeado de arriba abajo, su labio inferior estaba partido, su mejilla sangraba y dolía como el infierno al igual que sus costillas. Y todo por creer que era más de lo que realmente era. Era un humano, un humano débil e inútil que se metía en problemas y arrastraba a los demás.

El saber sobre el asunto sobrenatural, por sobre todas las personas promedio, le había hecho sentir superior, por supuesto. Le había hecho sentir más inteligente que los demás (más de lo que ya se creía). Y ser de ayuda para Scott, poder controlar lo que pasaba, le hacía sentir intocable. Estaba consiente del peligro, lo había visto de cerca con Peter acechando y asesinando a quien se le cruzara por delante, pero sentía que él estaba por sobre eso; en un lugar donde no podían alcanzarlo.

Claramente, eso sólo era la ilusión de un niño cegado por la maravilla de un mundo nuevo. Gerard había aparecido para bajarlo de golpe (literalmente) del lugar seguro donde creía estar, recordándole que aquello no era una serie y que, si fuera el caso, él no era el protagonista al que nunca le pasaba nada.

Había sido infantil y descuidado pensar que lo que le pasaba a los demás, jamás le pasaría a él porque era demasiado inteligente para ello. Incluso lo había creído aún más, cuando dos veces se libró intacto del Kanima.

El Kanima, que había resultado ser la nueva amenaza de Beacon Hills, quien él había identificado cuando todos se preguntaban qué estaba pasando. Primero se salvó en el taller, luego en la piscina de la preparatoria. En esa ocasión no sólo estaba él, sino que salvó a Derek, quien había intentado interrogarlo sobre lo sucedido en el taller. La criatura había aparecido de la nada, atacando a Hale hasta dejarlo inmóvil con su veneno, logrando que Stiles se sintiera como un héroe al descifrar que el Kanima le temía al agua, lanzándose a la piscina junto al hombre lobo; manteniéndolo a flote hasta que el Kanima se cansó de ellos.

El haber salvado a Derek Hale y que le debiera una, tampoco había ayudado a su estado de superioridad en el que se encontraba en ese momento. Entonces descubrieron que el Kanima era Jackson Whittemore y metieron la pata, causando una molestia a su padre. Sin embargo, Stiles siguió en su burbuja de ser el más inteligente e intocable, cuando (otra vez) fue él quien descubrió quién era el "maestro" del Kanima, revelando a Matt Daehler.

Tiempo de herida. [sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora