➸CASI EN POLVO

152 16 10
                                    

(

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(...)


Una especie de sentimientos lo envuelven a Jungkook al dejar la copa a un lado y fijar sus ojos en el omega dejándose ver tácito respecto al asunto dicho de una manera menos agradable para él.

JiMin estaba a flor de piel con el sentir de fragilidad, las lágrimas surgían en constancia y su pecho oprimido por los latidos presos del abatimiento, pues suponía que Jungkook, ahora sí, lidiaría con la infelicidad al oír tan fatal noticia.

Sentía el mareo restregándose en su cabeza mientras todo eso estaba sucediendo, Jimin entre el alrededor borroso ladeó su rostro encontrándose con las expresiones de su esposo.

La mudez persistía.

Jeon Jungkook, con esos ojos grisáceos que tanto adoraba, con estos que con sólo un pequeño instante al verlos sentía su corazón derretirse ahora los grises opacos carecían de total signo móvil, como si estuviese analizando todo.

Fríos, congelados...

El rubio entre sus dientes apresó sus propios belfos, inconscientemente, algo intranquilo por la espera de una respuesta. El contorno del lugar donde cenaba si bien llegó a ser revoltoso por algún deje de romanticismo se había transfigurado en algo apabullante, ahogado, agobiante y maltrecho en medio, esto mismo retumba más que por el lado de JiMin que por el otro.

Ocurrió que las feromonas del imponente alfa- ahora- se fundiesen por sus fosas nasales, inhalando y exhalando, era más abrumador. Alborotando su interior y con ello a su lobo.

Una esencia algo agria.

ㅡDeja tus mentiras de lado, ¡Por la Luna! ㅡ espetó el alfa y se levanta de golpe con el acento cubierto de molestia

Sin creer en lo que acaba de confesar.

Era la verdad.

ㅡNo miento,... no puedo darte un hijo, el doctor ya dio su última palabra sobre esto, mi lobo ha quedado debilitado... ㅡsus cejas bajaron un tanto quedando plasmando un gesto abatidoㅡY-yo...,perdón, realmente desee formar una familia contigo pero no puedo.

Y como si fuese una proyección, recordó la vez, en que había intentado tener un lindo bebé, pero lamentable, no pudo finalmente, el doctor sin filtro alguno le explicó la sentencia que marcaría su arraigada condena de no poder tener hijos, el destino solía ser inevitable.

Quebradizas esperanzas.

Fue esa misma tarde, la tarde más desolada que sucedió la discusión de la taza de té, cuando Haneul se había enterado, lo había citado para pronto reprocharle, juzgarle y más luego amenazarle.

Nunca se lo esperó.

Ella le pareció tan dócil, tan cambiada pero como dicen siempre, las apariencias engañan.

Sólo OlvidameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora