𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈

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𝘾𝙤𝙣𝙛𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩

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Narrador omnisciente

La descendiente Olympus suspiró tomándose la cabeza con ambas manos mientras soltaba un largo gruñido de frustración

Se encontraba en el salón de Bondad Correctiva ya que es el único que siempre está vacío. Al principio lo usaron para impartir la clase pero claramente los chicos de la Isla de los Perdidos ya no asisten, por lo tanto se volverá a ocupar hasta que otros jóvenes villanos lleguen a Auradon, algo que Ava planeaba sea muy pronto

La pelirroja respiró profundamente para seguir con sus deberes, tareas, documentos del reino, cosas del baile y unos papeles que debe rellenar para una sorpresa que está preparando. Se siente agobiada pero sabe que son responsabilidades que debe cumplir

Movió su cabeza de un lado a otro para tronar su cuello y seguir escribiendo, pasaron unos minutos hasta que sintió unas manos en sus hombros asustandola al principio, pero después las manos comenzaron hacer unos masajes logrando relajarla al instante, cerró los ojos suspirando de alivio por lo delicioso que se sentía

Por otro lado, Evie caminaba por los pasillos directo al salón donde se encontraba su novia, sabía que Ava tenía mucho que hacer y quería acompañarla e intentar ayudarla para hacerle menos pesado el trabajo. Grande fue su sorpresa cuando entró al salón de Bondad Correctiva y vio a Katherine de espaldas tocando a Ava por los hombros

–Hay cariño eso se siente excelente–escuchó a Ava soltando un suspiró de felicidad

No podía ver el rostro de su novia ya que estaba de espaldas al igual que Katherine, solo veía como la castaña movía los brazos masajeando los hombros de su novia. Apretó la mandíbula sintiendo como sus uñas se enterraban en la palma de su mano por estar cerrando los puños con demasiada fuerza

Poco a poco fue retrocediendo hasta salir por completo del salón haciendo resonar sus tacones. El ruido de los zapatos hicieron que Olympus abriera los ojos volteando a ver que era, se puso de pie asustada al ver que la chica detrás suyo no era Evie como ella creía

–¿Katherine?, carajo que susto me diste–suspiró llevando una mano a su pecho

–¿Susto? ¿Por qué?–preguntó inocente la castaña ladeando la cabeza

–Creí que eras Evie–respondió fríamente, no se dio cuenta que había logrado lastimar el corazón de la emperatriz Inca, aunque claramente su ego nunca permitiría decirlo

–Pero ¿Te gustó mi masaje?–volvió a preguntar dando un paso al frente mientra mordía su labio inferior

–No estuvo mal–respondió con ironía volviendo a sentarse intentando ignorar el momento

Sangre De Dioses 👑🕊 | DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora