04.

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Sorpresivamente, para ambos, el día había transcurrido rápido, pero una cosa carcomía al nervioso Kim, luego del almuerzo no había vuelto a ver a Jeon, y no entendía porqué. No podía haberse ido, él iba a ofrecerle acompañarle a su hogar. ¿El universo acaso lo odiaba? nuevamente, creía que sí. 

Pero su agitado corazón se calmó al ver la cabellera rubia rumbo a la puerta del jardín, ya era hora de volver a su hogar, pero Jeon no se estaba dirigiendo a la salida, y claro, si él quería cumplir aquello que deseaba hacer, debía correr.

Provocando que Jeon saltara en su lugar, se posicionó al lado de éste, haciéndole sonreír de forma tímida. Kim aún quería hacerle compañía. 

"Creo que la salida del instituto es hacia el otro lado" como respuesta, obtuvo una botellita de agua en mano ajena, sonriendo al entender de forma inmediata. "Yo te acompaño"

Juntos se dirigieron detrás de las gradas, el menor sentándose frente al brote y dejando un hilo de agua caer alrededor de ella.

"Estaba triste..." el moreno pudo escuchar la voz de Jeon, ésta era apenas audible, pero realmente hermosa. 

"Ahora que viniste a verla se pondrá muy feliz, kookie" el apodo de forma inconsciente escapó de sus labios, riendo en lo bajito al ver el sonrojo en el rostro del nombrado. "¿Puedo?"

El menor de ambos alzó la vista a la mano que se extendía, asintiendo con una sonrisa avergonzada. Le entregó la botella y al sentir cómo se sentaba a su lado, tragó con nerviosismo. 

No acostumbraba a compartir tanta cercanía... con nadie.

"No vas a morir, Jungkook, cálmate" se exigía internamente. 

"No hay más agua, kookie" sale de su mundo al ver la botella vacía, mostrando un pequeño puchero y asintiendo. Eso significaba una cosa, y era que ya debían irse. 

Luego de que ambos se despidieran de la flor, comenzaron a caminar rumbo a la salida, el mayor buscando algún tema de conversación en su mente. Quería hablar con Jeon para oír su voz, pero cuando intentaba hablar, se perdía en la belleza del perfil ajeno. Se veía tan bonito.

Los labios finos y rosados resaltaban sobre su tersa y pálida piel, la cicatriz en su mejilla le provocaba curiosidad, ¿dónde se la habría hecho? su rubio cabello tapaba parte de sus ojitos y podía jurar que éstos mismos eran como tener la galaxia, guardada en una cajita. Lo notaba cuando estaba con su flor, le brillaban de felicidad.

Y por desgracia, el menor era callado, no comenzaba una charla, ni comentaba nada, simplemente miraba cómo sus pies caminaban a la par. 

"El final del libro..." todo el cuerpo de Kim se puso en alerta al oír la voz ajena, prestando total atención a ésta misma. "¿Es bueno?"

Quién lo diría, Jeon estaba sorprendido de sí mismo, había podido hablar sin que Kim lo hubiese hecho primero. 

"Lo es, realmente lo es, kookie" con su cabeza asiente repetidas veces, afirmando sus propias palabras. "Creo que te va a encantar"

flower 𖡋 taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora