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Bakugo:
Por fin habían iniciado las clases, ya todos estábamos sentados en el salón y poniendo atención. Estos inútiles de mierda deberían ser mejores en sus estudios pero, es lo qué hay. Estuvimos un par de horas como putos esclavos hasta que por fin el timbre sonó.

Ya era la hora del almuerzo y me senté a comer con los estúpidos de mis "amigos" para que ellos platiquen mientras yo los ignoro, o al menos eso es lo que intento.

Narrador omnisciente:

—Chicos, ¿a ustedes quien les gusta? Hay muchas chicas lindas en la escuela, alguien les debe gustar. — Menciona algo divertida y curiosa una linda chica de cabello y tez rosada, que es nada más y nada menos que Mina Ashido.

—Que bueno que sacas el tema porque hay algo que quería contarles y no sería muy varonil de mi parte seguirlo escondiendo. — Esta vez fue Kirishima quien decidió hablar. Estaba muy nervioso pero aún seguía comiendo igual que sus demás amigos.

—¿Que sucede Kiri? — Preguntaron Kaminari, Mina y Sero. Bakugo solo quiso escuchar y quedarse callado.

—Hace poco descubrí que no me gustan las... chicas. — Al decir esto estaba completamente avergonzado.

Todos sus amigos lo apoyaron y felicitaron sobre su orientación sexual diciéndole que mientras el fuera feliz, ellos también lo serían. Bakugo solo se limitó a asentir y decirle que estaba bien, que tenía su aprobación. Unos minutos más y sonó el timbre para entrar de nuevo a clases.

Todoroki:

Estábamos en plena clase y se me ocurrió voltear a ver a mi compañero Bakugo desde mi asiento, hace tiempo que me gusta y lo deseo. Cuando vi su blanco cuello no pude evitar pensar en cómo se vería con mis marcas. Una cosa llevó a la otra y comencé a pensar en su perfecto cuerpo lleno de sudor debajo mío sin ropa, soltando dulces gemidos y...

<< Oh no, ¿tenía que pasarme esto justo en el salón? Tendré que ir al baño >>

—Aizawa-sensei, ¿puedo ir al baño?

—Ajá. — Siguió dando la clase mientras yo me paraba disimulando mi erección. Una vez que llegue al baño, me encerré en un cubículo y comencé a masturbarme.

Bakugo:

Durante unos cinco minutos estuve sintiendo la mirada de alguien en mi, pero no le di importancia ya que tenía ganas de ir al baño. En el receso no fui por culpa de los idiotas de mis amigos, ya que no me dejaban irme de la mesa.

—Aizawa-sensei, ¿yo también puedo ir al baño?

—Ajá, solo dile a tu compañero que no tarde tanto. — No le contesté y me fui. Una vez que estuve en frente de la puerta comencé a escuchar ruidos raros así de decidí entrar sin hacer un solo ruido. Escuché mejor lo que parecían ser gemidos y era la voz del bastardo mitad-mitad. Lo peor fue que sentía la cara arder ya que siento que desde hace tiempo me gusta y escucharlo así es como música para mis oídos. Obviamente jamás le diré esto y me portaré igual de indiferente con él.

Narrador omnisciente:

Katsuki se quedó solo un minuto más hasta que escuchó algo que lo sorprendió. Eran gemidos un poco bajos pero aún así se escuchaban con claridad.

—Ahh~ B-Bakugo ahh... ahh - Todoroki no tenía ni idea de que el oji rubí estaba escuchándolo, simplemente gemía su nombre con deseo.

—¿Pero qué mierda...? ¡Hey, bastardo! No hagas tus asquerosidades en la escuela. — Después de que Bakugo dijera eso, solo se bajó un poco el pantalón y la ropa interior y fue a los orinarios que estaban ahí. Estaba tan tranquilo lavándose las manos después de haber terminado de hacer sus necesidades hasta que llegó Todoroki, lo agarró de atrás de la cintura y lo apegó a su cuerpo.

—Prométeme que no dirás nada.

—No tengo porque decir nada y ¡APÁRTATE DE MI!

—Eso no me asegura nada...

—¿Y a mi qué?

—Mmm, ya se como puedo estar seguro.

—¿Ahora que demonios...? — Todoroki volteó a Bakugo y lo besó, rápidamente tomó una foto ya que los dejan tener el teléfono en clase mientras no distraigan a los demás. Después de haber tomado una evidencia decidió seguir el beso, al inicio el rubio cenizo se quería apartar pero poco a poco comenzó a ceder. El bicolor mordió el labio inferior de el rubio para que este abriera un poco su boca, meter su lengua y hacer más profundo y candente el beso. Las juguetonas manos del bicolor se dirigían a la entrepierna del más bajo y comenzó a masajearlo por encima del pantalón.

—¿Quieres seguir, Ba-ku-go? — Le susurró sensualmente al oído mientras seguía masajeando su miembro y el rubio cenizo soltaba pequeños gemidos.

—Yo~...


Trataré de publicar todos los lunes criaturitas del señor, díganme qué tal quedó el primer capítulo, así tal vez me animo para seguir la historia. No se olviden de darle una estrellita uwu.

03/05/2021

Editado: 12/01/2021

En los baños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora