III. Pijamada

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La punzante sensación de mi cuello no logro irse hasta dentro de un par de días, no podía dejar de mirarme en un espejo la marca que aquel hombre dejo en mi, ni de tocar el lugar que sus labios tocaron aquel día. En la búsqueda de respuesta, decidí seguir hablando con Yui, quien me explico todo lo que sabia y todo lo que podía pasar. 

- ¿Tu vives esto cada día de tu vida? 

La rubia asintió mientras tomaba un bocado de la copa de helado frente de ella. 

- Si te quedas a dormir una noche en aquella mansión, no sales sin ser mordida mínimo por todos ellos - su voz era tranquila

- ¿Me estas tratando de entregar para tomar tu lugar? - susurre bajo, la rubia solo río, dejando de lado la cuchara 

- Así trate de entregarte, ellos me seguirán tomando a mi como su banco de sangre - murmuro algo temerosa - Pero lo de ir a dormir es enserio, no es porque te chupen la sangre ni nada de eso, solamente para conocernos mejor y para salvarme un solo día de sus mordiscos

- ¿Para que me muerdan a mi? 

- No dejare que eso pase, tomemos esto como un tu buscas respuestas yo un día sin que nadie me muerda 

Dudosa mire la copa de helado. Hacia tiempo que no hablaba con alguien de esta manera, aunque apenas hace días nos conocimos, sentí comodidad. 

- Esta bien, iré 

La rubia solo sonrió, para luego acompañarme hasta el lugar donde vivía y tomar las cosas necesarias para pasar la noche. 

Nunca tuve este tipo de invitaciones cuando era mas joven. La mayoría de las amigas que tuve les importaba mas conseguir algo de mis pertenencias y alegar que tenían una prenda u objeto de alguien relevante y famoso, no me sentía a gusto, al saber que todas ellas tomaban fotos y videos de mi estando en sus hogares o de la forma que presumían tener a alguien famosos de su lado. 

La forma y trato de Yui me hizo sentir como nunca antes. A pesar de saber quien era, me trataba con normalidad, sin trato especial y sin alegar o parecer querer tener algo de mi. 

- Es aquí 

La chica camino hacia la entrada, el lugar era enorme. Una mansión de gran escala, tenia jardín frontal, escaleras hacia la puerta de entrada, desde fuera se podía ver el estilo antiguo, las características de una casa en siglos pasados. Al estar a su lado, la puerta fue abierta por un hombre alto, de cabello negro bien arreglado, el traje que llevaba era algo formal, un abrigo con una camisa debajo y un pantalón negro, unos lentes cubrían sus ojos. 

- Ella es _______, se quedara a dormir esta noche conmigo 

- Un gusto, Reiji 

Tomando una de mis manos dejo un pequeño beso, no podía dejar de mirar sus ojos a pesar de ser serios, eran de un color atractivo. El lugar desde dentro seguía siendo aun mas grande, los muebles eran de colores oscuros y tenues, la decoración de igual manera era antigua. Camine por unas grandes escaleras hacia la planta de arriba, siendo dirigida por Yui hacia su propia habitación.

Al entrar en la misma, el color y aspecto era diferente a la mayoría del lugar, el color rosa predominaba en el interior. 

- Es grande 

Yui solo sonrío ante mi comentario, me senté en su gran cama, la rubia se acomodo a mi lado dejando su mochila a un lado de su cama. 

- En un rato será la cena 

- ¿Cuántos hermanos son? 

- Seis 

Suspire bajo. Estaba metida en una gran casa con seis vampiros de los cuales solo conocía a dos. 

Melodies Amoureuse || Shu SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora