.Sin Nombre.
Otra vez aquí, este, ya familiar, lugar, tan oscuro y tan silencioso.
Duele, se siente tan doloroso y a la vez ya no siento nada, ya casi no puedo sentir nada, sin embargo... si siento que hace frío, pero más del que recordaba que me acobijara antes. Es por esta enigma que recorre mi ser que aunque mi cuerpo duela, a pesar de las terribles punzadas que sentía en mi cabeza tratando de moverme, a pesar de que mis piernas tiemblen, me levanté, apoyando mi débil cuerpo en una de las sucias paredes de este sótano, con cada movimiento de mi cuerpo puedo escuchar el tintineo de las oxidadas cadenas que me mantienen prisionero.
Un paso, luego dos, poco a poco iba en camino de esa pequeña ventanita por donde entraba ese cruel frío que me abrazaba fuertemente. Ya estaba llegando, me faltaba poco para alcanzar este, pero no lo resistí, mi cuerpo no lo resistió, colapsó al poco tiempo, estaba harto.
En lo que pareció una pequeña rabieta por mi parte, hice atrás todos los mechones de mi larga cabellera que impedían mi visión, tiré de estos como si fuera a arrancarlos, detestaba esto, soy un chico, soy un varón, no soy mi madre, no lo soy y nunca lo seré.
Retomé la compostura e intenté ponerme de pie nuevamente, esta vez fue un poco menos doloroso, pero aún así me costó, no obstante, lo logré. Paso a paso, con paciencia y fuerza, la cual no tenía idea de donde había conseguido, logré llegar a la pequeña ventana y pese a que mi cuerpo se quería venir abajo nuevamente no se lo permití, asome mi cabeza por aquella ventanita y lo vi, estaba nevando, era un hermoso espectáculo. Aquel campo que hace tiempo no veía, lleno de aquel precioso y esponjoso manto color blanco.
Quería... yo quería tocarlo, así que asomé mi dolida mano por esa ventanita y sentí como ardía por la nieve que caía en ella, también podía deslumbrar como la nieve debajo de mi mano se tornaba carmesí, gota tras gota, estaba pintando cual artista sobre lienzo ese blanco manto de nieve blanca y pura con mi sucia sangre...
Quité rápidamente mi mano para no seguir manchando tan pura hazaña del cielo con algo tan vano y horrido como lo es mi sangre, sangre de un sucio y desamparado pecador... pero, ¿Cuál es el pecado del que desde mi nacimiento se me ha acusado?
¿Habrá sido mi piel morena? ¿Habrá sido mi deseo de libertad? ¿Habrá sido el parecerme a mi madre? o talvez... ¿Fue mi simple existencia?
Cuando estaba a punto de apartar la mirada de esa ventanita, logré divisar como un hombre bien vestido, aparentemente con esos trajes que llevan grandes oficiales en los libros de historia de la biblioteca de la oficina de padre. Pero la gran pregunta es ¿Por qué un oficial de alto rango se encuentra en la casa de un ermitaño con aires de humilde granjero?
Padre a salido a recibir a nuestro inesperado invitado, una lastima que esta semana haya decidido atarme acá abajo, no puede presumir de su "preciosa hija".
No logro escuchar mucho, aún sigo algo mareado por la golpiza, pero si logro entender algunas cosas.
Un ataque... Polonia... Reclutamiento... Hijo varón... Alemania... Declaración de guerra ¿Otra guerra?
¿Esta gente es idiota acaso? Declarar otra guerra, cuando hace poco se derramó tanta sangre... ¿Por qué desplegar un ataque? Todo simplemente por poder, su insaciable avaricia que no tiene limite alguno.
Tal parece que están viendo de reclutar jóvenes para declararle la guerra junto a Gran Bretaña a Alemania. Según lo poco que puedo escuchar es que Polonia piensa rendirse para no seguir derramando la sangre de los suyos, pero por un tema de honor y ego aún no se deciden entre retirarse o seguir hasta el final.
El aviso está dado, dentro del mes que viene vendrán a por padre, ya que "desgraciadamente" el cielo no logró bendecirlo con ningún hijo varón.
A pesar del completo infierno al que me condenó a vivir por todos estos 21 años, padre ya está viejo, no puedo dejarlo ir, sería su sentencia de muerte.
Está decidido, aún cuando padre no lo permita ni entre los muertos, a pesar del peligro... es mejor que estar aquí.
Iré a la guerra a darlo todo por mi gente, por el país en el que nací. No permitiré que nadie nos arrebate lo que es nuestro aún si tengo, dios quiera que no, dar la vida en ello.
Madre... tú que en el cielo descansas, tú que diste la vida por mi, guía a tu pobre crío en esta aventura, fuera de las garras de padre, que enfermo del corazón está tras tu ida.
Madre... tú con esas bellas manos me sostuviste alguna vez en la lejanía del pasado, si he de morir en guerra... llévame contigo sobre las nubes, no dejes que tu crio a pesar de ser un vil y malicioso pecador... caiga en otro infierno.
Madre... tú que con esos bellos ojos lo observas todo, si con vida a casa vuelvo, no veas, no veas como tu pobre crio, como cada día de su miserable vida, es castigado hasta el borde de la muerte, no veas por favor, a la vergüenza de padre llorar con desesperación cuando sea cruelmente atormentado.
Madre... tú que todo lo sabes en tu pedestal, si con vida he de regresar... no me dejes volver, guíame a otro lugar, en donde tu malicioso pecador ya no pueda soltar lágrima alguna.
Madre... tu que con los ángeles danzas, pídele a uno que tenga misericordia de tu pobre cordero de lana oscura como la noche, pídele que me salve de lo que es mi castigo por ser un asqueroso pecador, pídele que acabe con este dolor... que me guíe y me enseñe que es la felicidad de la que padre hablaba cada que borracho llegaba, esa felicidad la cual narraba que sentía cuando a tu lado fielmente estaba.
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Sentimientos en Guerra |PAUSADA|
Historical FictionUna historia entre la ficción y la realidad, ubicada en Francia, en época de guerra, más específicamente a principios de la segunda guerra mundial, donde el dolor, el sacrificio y la muerte eran pan de cada día, cuando el miedo de ser cruelmente ase...