A Taehyung le frustra que Jungkook no se de cuenta que le gusta muchísimo incluso siendo demasiado obvio todo el tiempo, así que hace de todo para que deje de ser un ciego y lo noticee.
Y le diga que sí.
¤ Está historia NO es de mi pertenencia. ¡Tod...
El aludido dejó su celular a un lado para voltearse en la cama con tal de mirarlo. Jungkook le sonrió en cuanto sus ojos conectaron, una bonita y sincera sonrisa que también le hizo sonreír. Se veía tranquilo; con todo ese esponjoso cabello rizado cayéndole por la frente, la piel limpia y las mejillas ligeramente enrojecidas, los labios sonrientes al igual que sus ojos, un brillo tierno en ellos que le hacía sentir cosquillas por todas partes. La mirada que Jungkook le estaba dando rebosaba de tanto amor y cariño que le hacía sentir avergonzado y calentito.
— Dime.
Hubo un pequeño silencio, uno en donde Jungkook se acomodó en la cama para colocarse encima y entre sus piernas desnudas, apoyándose en sus codos para sostener su propio peso. Taehyung le abrazó los descubiertos hombros y cerró los ojos cuando lo vio acercarse a su rostro, esperando un beso.
Sintió la respiración ajena acariciando la mejilla, su nariz rozando con la suya, pero no hubo ningún beso, en cambio, Jungkook le susurró sobre su boca:
— Tae, ¿quieres ser mi novio, bebé?
El aludido abrió los ojos de golpe, mirando al chico sobre el con sorpresa. Jungkook se miraba firme, con los ojos brillosos a la espera de su respuesta.
— ¿Es... es en serio?
Asintió.
Tae se rió en grande, acunando su rostro con ambas manos y obligándolo a acercarse para reclamar su boca, un beso lento y cuidadoso que duró unos segundos.
— Por supuesto que sí!! — le respondió, besándole otra vez —. Me gustas — beso —, me gustas mucho.
Jungkook se rió suave. — Tu también me gustas, bebé.
— ¿Que tanto?
— Como no tienes idea. Me gustas muchísimo, bebé.
Taehyung estaba tan contento, tanto que no contuvo el gritito emocionado que soltó y tampoco contuvo la fuerza para hacerlos girar en la cama y quedar él encima, escuchando sus risitas risueñas.
— ¿Quieres hacerlo, papi?
Jungkook gruñó, acariciando sus suaves muslos descubiertos antes de palmear y sacarle un gemido bajito ante el ligero ardor.
— Ven aquí, bebé.
🐻 💜 🐰 💜
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