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Louis siempre tuvo un miedo que lo acompaño durante mucho tiempo, y este mismo miedo fue el que le hacía temer al compromiso. El engaño.
No lo podían culpar, creció viendo como su padre, aquel que alguna vez fue su héroe y modelo a seguir, aquel hombre que todos los días después del trabajo le daba flores y un cursi beso a su madre al llegar a casa y era amoroso tanto con sus hijos como con su esposa, o su "bella flor" (así era como su padre solía llamarla), fue el encargado de destruir su familia, ese hombre que por mucho tiempo lo vio como alguien maravilloso, resulto ser un hipócrita que no solo engaño a su madre, si no que a toda su familia, de una forma que resulto tan dolorosa para Louis que dejo un hueco en su corazón y un temor a volver a vivir ese martirio.
Era de esperarse que su confianza en las personas se fuera para abajo, que su temor a entregar su corazón fuera tan grande porque no quería que lo destrozaran de nuevo y jugaran con el. Porque no quería volver a sentirse importante para alguien y que todo terminara siendo una mentira.
No ayudó el que Louis haya sido quien descubrió a su padre.
Recuerda perfectamente aquel viernes, donde un Louis de 12 años salía emocionado del colegio en dirección al trabajo de su padre, pues quería darle una sorpresa por el Día del Padre, había ahorrado lo suficiente para comprar una playera del equipo de futbol favorito de su papá y aunque esta no era original el niño se encontraba feliz por haberla comprado él solito y por darle la sorpresa a su padre.
Ni siquiera se molestó en pasar con la secretaria para anunciar su llegada, tanta era su emoción que decidió ir directo a la oficina de su padre, más al llegar ahí le fue una sorpresa el encontrarla vacía, verifico la hora en su reloj electrónico y frunció el ceño cuando vio la hora, ¡Era el horario de comida de su padre! Se supone que debería de estar allí.
Había sido muy cuidadoso en los tiempos, sabía que su padre tenía un horario apretado.
Saliendo de la oficina se dirigió con el policía de seguridad del edificio y al preguntarle sobre su padre el oficial le informo que el abogado había salido a tomar su comida en un restaurante de la esquina.
Efectivamente su padre estaba comiendo en ese lugar, pero lo que desconcertó al castaño fue el hecho de que el hombre no estuviera solo.
Pues en la mesa una mujer, que claramente no era su madre porque su madre no tenía el cabello rubio, estaba sentada riendo al lado su padre mientras frente de ellos había dos pequeñas niñas riendo también, vio a la mujer susurrar algo al oído del hombre y después ponerse de pie, el pecho de Louis se oprimió al ver una pancita de embarazo en la mujer y su corazón fue el siguiente en oprimirse al ver a su padre besar y acariciar la pancita.
No supo en que momento la lagrimas salieron de sus ojos, tampoco cuando la caja de regalo cayo de sus manos, causando un ruido que hizo que la familia volteara a verlo, la cara de su padre se llenó de pánico y trato de pararse para alcanzar al castaño que corría lejos de él.
