único

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     Ser un humano común y corriente era difícil. En definitiva, pues luego de que Hyunjin negara la existencia de los dioses, su familia lo echó a la calle sin pensarlo. "No permitiré que alguien con pensamientos tan desiguales a los que por generaciones hemos tenido viva en mi hogar" Fue la excusa de su padre, aunque ya todos sabían que más que un hijo, a Hyunjin lo veían como una carga. Una carga que había que sacar de casa lo más pronto posible o probablemente, ante la muerte del viejo hombre, se robaría todo su dinero y se quedaría con el terreno. Por supuesto, el adulto joven que era Hyunjin no tenía esos planes en mente. Lo único que le importaba a su edad era encontrar el amor y tener una hermosa y feliz familia. Cosa que no le sería fácil.

Desterrado. Se sentía desterrado, porque no podía negar el dolor que le traía el no ser querido por sus progenitores tanto como veía que sus conocidos lo eran. Aunque trataba de ignorar el cuchillo que se enterraba en su pecho cada que pensaba en ellos, solamente se dedicaba a trabajar en lo que gustaba hacer.

Hyunjin era una persona simple, le gustaba escuchar el viento rugir entre los árboles y salía cada mañana a ver cómo salía el sol. Le gustaba comer manzanas y le ponía feliz cuando alguien lo saludaba en su camino al trabajo. No se quejaba de nada estando solo, había aprendido a convivir con eso, pero aún así, algo le hacía falta. No estaba seguro de qué era, pero sin eso su vida se sentía muy, pero muy vacía. Comenzaba a replantarse la idea de vivir solo, de hecho, creía que lo mejor sería conseguir una mujer hermosa y hacerla su esposa, tal y como su padre le había dicho que hiciera. Más no se podía negar que no tenía tiempo, según él aquello era un factor importante. 一Aunque sabía que, más que factor, era una excusa debida al miedo.

 Entonces, volvió a dormirse luego de pedirle un deseo a la luna tal y como cada noche; "Deseo encontrar a una mujer hermosa que me ame y acompañe" cerró sus ojos y esperó que su deseo se hiciese real. Lo que no esperaba, 一lo cual era probablemente ilógico, siendo que había pedido aquello一, era que aquella persona que aparecería, sería en realidad Selene. Selene, diosa de la luna, hija de Hiperión y Tea, cada noche observaba curiosa desde el cielo a aquel chico solitario que vivía en el bosque y que todas las noches le pedía algo distinto. Su curiosidad era grande, aunque no fue hasta aquella noche donde él pidió por primera vez algo para sí, que Selene bajó en su forma de carne y hueso para quedarse a su lado. No importaba, de todas formas, no la vería porque se notaba demasiado cansado como para despertar a esas horas y porque al día siguiente Selene ya habría desaparecido. Lo miró con profundidad, detallando cada parte de su rostro. ¿Cómo podría estar segura de que era un humano mortal? Él parecía directamente hijo de Afrodita, y a juzgar por sus facciones, se le hacía el favorito y no menos que eso, pero la verdad sabía que era humano. Lo notaba por cómo dormía profundamente luego de un día ajetreado. Aún así, no descartaba su idea de que era el mortal más hermoso que había conocido y así mismo, el más merecedor de ser nombrado como "Hijo de Afrodita", es más, hasta parecían pintados con el mismo pincel: Labios rojizos y gruesos, pestañas largas, cabello rubio, nariz respingada y pequeña. Le daría otro punto más por sus ojos, pero no estaba muy segura de cómo describirlos. Los veía cada noche antes de que el chico se fuera a dormir, pero ninguna palabra podría decir cómo eran. No diría algo tan simple como "Ojos café oscuro, casi totalmente negros", porque muchos pueden tener una mirada de ese tipo, sin embargo, el muchacho miraba tan directamente a la luna, que, aún si había escuchado por ahí que él no creía en los dioses, podía sentirlo observar a través de ella. 

Un sentimiento extraño que se posaba en su cuerpo cada noche, pues no entendía qué era esa sensación. Más ahora si la entendía. Posaba sus ojos atentamente en el rostro contrario y solo sentía paz. Ya lo entendía; Selene estaba enamorada. Era incorrecto, él era un simple mortal y ella era una diosa, 一y no cualquier diosa, por supuesto. Era la diosa de la luna, por ende solo podía utilizar su forma humanesca en las noches一 y a pesar de que doliera como si le cayeran miles y toneladas de piedras encima, no podía evitar querer que Hyunjin despertara una noche y se enamorara tan profundamente de ella como ella lo estaba de él. 

꒰ el respirar de la noche ꒱ ,,  ⌲ h.hyunjin ˘͈ᵕ˘͈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora