Leyenda

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Gulf

Camino por un bosque frío y frondoso, en medio de la oscuridad donde apenas se distingue el camino, el viento susurra en mis oídos y se filtra a través de mi sudadera, dandome escalofríos con cada segundo que paso aquí.

Cuando uno de mis pies tocó el suelo, se escuchó un crujido que ocasionó que mi sangre se helara, mire al suelo y se trataba de una pequeña rama. No sé por qué me encuentro tan nervioso, pero estoy seguro que se debe a la extraña sensación de peligro que emana este lugar.

En ese preciso momento un silencio sepulcral invadió mi exterior, todo sonido natural desapareció incluso el sonido del viento golpeando las ramas se dejó de oír. Era como una horrible pesadilla en esas que estás en corriendo en la nada pero nunca llegas a un lugar.

La extraña sensación de que alguien me está vigilando atentamente de entre en las sombras me ponía los pelos de punta mientras que una corriente de aire gélido me abrazaba muy fuertemente por el miedo que en ese momento empecé a sentir.

A mis espaldas podia sentir la presencia de algo o alguien, no pude girarme a ver por el miedo que sentía, mis piernas no respondian, incluso sabiendo que estamos en peligro y debemos correr.

Algo estaba ahi mirándome fijamente desde la profundidad de la noche, estoy seguro. Ahora más ya que escuché pisadas detrás, es mi final.

Obligué a mis delgadas piernas a obedecer, afortunadamente los reflejos son algo natural en todo ser humano y cuando menos me di cuenta ya estaba corriendo a toda velocidad, intentando no chocar con los árboles que en este momento eran un obstáculo, aún no es mi momento de dejar este mundo. Así que no tengo planeado detenerme.

Empecé a correr como nunca, gracias a Dios fuí parte del equipo de atletismo en el colegio, por mas que deseó descansar no puedo, mis pies se mueven en sincronía como respuesta al miedo que siento, por que se perfectamente que si me detengo lo que sea que fuera la cosa que me esta siguiendo no se detendría a esperar.

-Por favor no te tropieses, por favor, por favor -me repetí una y otra vez para darme ánimos.

Se preguntaran como es que yo Gulf Kanawut estoy en el bosque siendo perseguido por algo, pues regresemos a la aburrida clase de esta mañana.

~En la mañana~


Hoy es un día sumamente divertido según mi profesora de arte contemporáneo, pero para alguien cómo yo que prefiere estar en el estadío de fútbol, ir a un viejo museo es todo lo contrario a diversión.

Todo mi grupo de compañeros se encuentra formado con entusiasmo fuera de la universidad, esperando la llegada del autobús el cual nos tiene que llevar.

Hubiera no venido hoy, pero este pequeño paseó equivale a la mitad de la nota del semestre, así que no me puedo dar el lujo de faltar.

De todos los lugares a los que puede llevarnos decidió el lugar más aburrido y silencioso que existe, como voy a hablar sobre mis locuras si no se permite ni hablar en el museo.

Nunca fui muy fanático de esta clase y eso se puede notar en mis notas, por suerte pasaba arrastrando.

-Bueno chicos, reunanse -exclamo con su fastidiosa voz la maestra -quiero que se hagan parejas durante todo el recorrido -ordenó al ver al bus estacionarse frente a nosotros.

De 50 estudiantes que somos en mi clase me toco con el único que no me llevo.

Está es la suerte de Gulf Kanawut, me toco con el odioso de mi compañero.

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