Capítulo 6

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El salón del trono estaba decorado con lujosos adornos que le daba mucha elegancia.

El lugar estaba repleto de personas. Los reyes asistieron con una gran corte que llevaban mucho regalos ostentosos a cambio de matrimonio no las princesas de su reino.

Ohm estaba sentado en su trono junto a su padre y su hermano. Los tres lucían trajes de gala. Sin embargo, no podía apartar mi vista de Ohm, se veía tan radiante que el titulo de príncipe le quedaba corto. Su presencia tan única, hermosa e imponente atrapaba mi atención como si de un imán se tratase.

Me encontraba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta que las princesas se presentaban una a una. Hacían toda clase de encantos para lograr llamar la atención del heredero.

No podía negar que aquellas damas eran muy hermosas en todos los sentidos. Sin duda alguna podrían enamorar a cualquiera. Sin embargo yo no estaba interesado en ninguna de ellas a diferencia de mi hermano que las miraba con cierto deseo.

No es por rebeldía mi apatía hacia este compromiso es simplemente porque quiero casarme enamorando y siento que aún no estoy preparado para asumir el control absoluto del reino.

–Hijo quiero presentarte a la princesa Rubí – dijo mi padre acercándose acompañada por una joven muy bella

–¿Cómo está, majestad? –Hizo una reverencia –Soy Rubí

–Encantado de conocerla princesa

El día transcurrió así, entre bailes, bebidas y eventos especiales.

–Ahora –habló uno de los guardias –llegó el momento más importante de la velada. El príncipe Ohm elegirá a su futura esposa

Ese anuncio me sorprendió –¿Qué? Padre nunca hablamos sobre que la elección se haría el día de hoy

–Sabía que si te lo dijera te negarías por eso no lo hice

–Alteza –habló un rey –Su padre nos aseguró que hoy usted elegirá a su prometida. Le pido que cumpla con lo dicho

Todas las candidatas se pusieron en medio círculo.

–Voy a cumplir con lo prometido –anuncié a los presentes

Observé a cada una, todas tenían un encanto natural. Me acerqué a Rubí.

–Ella será mi prometida, estoy seguro que cuando llegue el momento ambos dirigiremos de buena manera.

La princesa me dedicó una sonrisa radiante; mientras escuchabamos los vítores de todos.

Así terminó la noche. Se celebró una gran fiesta en honor a nuestro compromiso.

Tenía un sentimiento agridulce en mi corazón. Me encontraba feliz porque había hecho lo mejor para mi nación pero triste porque no estaba enamorado.

En los pasillos de palacio me encontré a Fluke, no lo ví en toda la jornada y cuando lo hice  sentimientos de nostalgia y tristeza se instalaron en mí.

Él levantó la cabeza y me mira, pude percibir los mismos sentimientos –Felicidades por su compromiso príncipe –me dijo y se fue

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