Capítulo II

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Rodeado por los árboles, ramas y hojas se movían al compás de una suave brisa, el joven cabo Nakamura se encontraba acostado sobre el verdoso pasto, dirigiendo su mirada hacia arriba, sus ojos llenos de melancolía y cristalizados, por alguna extraña razón no hubo ningún movimiento de él hasta cierto tiempo cuando escuchó un susurro entre los arboles, haciendo que este se levantará volteando a ver a su alrededor sin poder observar a nadie, llevo su mano derecha hacia su costado izquierdo para empuñar la espada pero no sintió nada, quedo aún más estupefacto, al verse que no poseía su uniforme sino una camisa de gala blanca, pantalones oscuros y botas de plataforma igualmente, se sentía confundido al ver aquellas vestiduras estuvo aún más confundido al caer en cuenta que estaba en un bosque.

Escucho una pequeña risa proveniente del bosque, volteó a ver de nuevo el lugar y logró observar una figura oscura encapuchada, que lo observaba detrás de uno de los árboles, sintió sus propias manos heladas como un muerto, se quedó observando hasta que la figura se movía alejándose del joven; este sin pensarlo la siguió ciegamente a una cierta distancia que él sentía segura, poco a poco aquella figura aceleraba el paso por lo que por veces lo perdía de vista pero lograba sentir sus pisadas, estuvo persiguiéndolo por un tiempo escuchando como se reia como un niño pequeño aquella figura mientras corrían hasta que llegó al borde de un risco, observó que abajo se encontraba el paso de un rio, levantó su mirada hacia delante, logrando ver que en el otro extremo se encontraba alguien de espaldas, portando el uniforme del ejército Solaire, su cabello era largo y suelto, intentó ver el rango de este que se encontraba en su hombro pero en aquel instante la tierra había temblando haciendo que este callera hincado en el suelo desviando su mirada de aquella escena, quedo alucinado por un momento hasta que levanto su mirada, se había quedado congelado; un temor invadió su interior dejándolo totalmente paralizado, sudando y su temperatura corporal bajaba lentamente. El otro lado del risco había sido derrumbado y en el campo se encontraban personas uniformadas, poseían el uniforme del ejército , sus rostros oscurecidos, muy pálidos y observándolo desde el otro lado; de repente señalaron todos juntos hacia aquel rio, por la curiosidad del joven cabo se acerco a la orilla inclinándose un poco a observar y darse cuenta que ya no se encontraba el río sino un lugar vacío y oscuro, en ese momento la sombra encapuchada de antes había aparecido detrás de este para empujarlo haciendo que se cayera, solo un corto grito salió de su boca para seguir cayendo, sintió en aquel preciso momento como algo rodeaba su cintura pero debido a la poca iluminación no logro observar de que se trataba, cerrando sus ojos debido al miedo de llegar al suelo, hasta que pocos minutos antes de chocar contra el suelo escucho el eco de un susurro, una voz femenina《 Yoshida... abre los ojos, abrirlos ya》al terminar de escucharlo, abrió sus ojos observando como se estaba cayendo de la cama sin darle tiempo a reaccionar, dio un pequeño mugido al sentir el golpe.

- Por los reyes... que horrible sueño (Mientras se levantaba del suelo) ¿Qué carajo fue eso?... ¿Debería de contarle esto? - se cuestionó a sí mismo con un tono deprimente.

En ese momento se sintió verdaderamente abandonado, el joven se sentía muy raro de tal manera, ¿Cómo solo un sueño pudo darle un gran impacto? ¿Acaso quería decirle algo? el joven no sabía como tomarlo o por lo menos olvidarlo, aún estando conmocionado observo la hora, el reloj daba las seiscientas cincuenta cinco horas, faltaban cinco minutos para que los demás soldados se despertaran y levantaran; buscó rápido el uniforme que utilizaban los cadetes para luego agarrar la toalla junto con el jabón e irse hacia las duchas de aquel piso, siendo el único de sus compañeros en aquel lugar ya despierto, al llegar entro hacia la parte de los casilleros comenzando a quitarse la ropa para percatarse que en su cintura había una marca larga que lo rodeaba.

- ¿Qué diablos? ¿Qué demonios es esto? - dijo con temor mientras levemente tartamudeaba.

Reviso todo su cuerpo solo para verificar si se encontraba alguna otra marca pero no había nada más, solo aquel lugar se encontraba con una marca; intentando recordar como se había hecho aquello hasta que recuerda su sueño y lo último que sintió, exactamente el lugar donde había sentido que lo sujetaban se encontraba marcado. Comenzó a sonar por las bocinas una corta canción para despertar a los soldados, en aquel momento el joven dejó de lado lo sucedido y rápidamente se fue a la parte de las duchas, estando alertado se ducho bien con rapidez; al terminar se tapó el cuerpo con el temor de que alguien viera la marca aunque al regresar ya se encontraba una pequeña parte de sus compañeros preparándose para la ducha.

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⏰ Última actualización: Feb 01 ⏰

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