RUNAWAY ♥︎[국민 - T.S]♥︎

♥︎Fly with me♥︎

Aquél chirríante sonido del cuchillo raspando el plato de loza, hizo que el rubio enmarcara una sonrisa victoriosa en cuánto vió a su madre hacer una mueca llena de rabia.
Sus miradas se encontraron y fue el momento perfecto en que Jimin supo que él había ganado.

—Jimin... —escuchó de su lado la voz de su hermano en un susurro nervioso—. ¿Qué estás haciendo?, ¡Mamá te matará! —le pellizcó el brazo disimuladamente.

El rubio volvió a sonreír de lado y dejó el cuchillo ruidosamente a un lado del plato. Después de esto, se levantó arrastrando la silla y habló:

—Si me disculpan, debo estudiar para el examen de mañana —suspiró fingiendo cansancio.

—No te preocupes, Jimin —respondió el señor Yoo sonriendo—. Nos vemos el fin de semana.

El rubio sonrió y se dió la vuelta.

—Chaejoon, deberías acompañarlo arriba. Después de todo, está es tu casa también —habló Yerin; la madre de Jimin.

El rubió hizo una mueca y cerró sus ojos suspirando fuertemente.

—No es necesario. Además, Chae debe estar muy cansado, tuvo un día difícil —habló mirándolo.

—Por tí, aunque estuviera muriendo, iría al fin del mundo —respondió Chae tomando su mano para besarla.

Jimin se quedó congelado y sus piernas comenzaron a temblar. Realmente le incomodaba cada que hacía eso y por otro lado, le llenaba de culpa.
Mientras su cuerpo estaba ahí, su mente sólo podía pensar en Jungkook.

Él hombre que se había robado todos sus suspiros desde el primer momento en que se conocieron.

En su corazón sólo podía estar él...

No importaba nada, no quería casarse con nadie más que no fuera Jungkook.

Odiaba el hecho de que su madre siempre intentara controlar su vida, llevándolo a tal grado de obligarlo a comprometerse con un hombre al que no amaba, todo por la ambición del dinero y el poder en la sociedad.
Pero no sólo había hecho eso, si no que también había humillado a Jungkook la primera vez que lo conoció.

—Mamá —le llamó Taehyung intentando distraerla.

—Ahora, Chaejoon, ¿Puedes llevar a Jimin arriba?, Por favor —sonrió Yerin y volvió a conversar con el señor Yoo.

— Vamos —Chae tomó a Jimin de la cintura al rubio y caminaron hasta las escaleras.

—Puedo subir solo —habló intentandose zafar de su agarre.

El pelirojo notó su tono molesto y lo soltó al instante para dejarlo subir las escaleras.
Jimin por su lado, gruñó molesto y entró a su cuarto.

—Gracias, puedes irte —le dijo e intentó cerrar la puerta, pero el otro le detuvo antes de que lo hiciera.

—Espera, ¿Estás enojado conmigo? —le preguntó mirándolo.

Jimin apretó la perilla de la puerta y alzó la mirada.

—No, estoy cansado, desearía dormir, pero tengo que estudiar —le respondió fríamente.

—¿No te estarás arrepintiendo del compromiso, o sí? —le miró como un cachorro.

Pero para Jimin, esa mirada no funcionaba en él.
Al menos la suya, no.

“Ojala pudiera arrepentirme”, pensó con una mirada triste.

Pero aún así, sonrió y negó.