¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una excursión en la aldea oculta de la niebla no me entretenía para nada, pero he decidido venir solamente para asegurarme de que a Sarada no le sucediera nada, ya que había oído varios rumores sobre dicha aldea.
—Bienvenidos a la Aldea Oculta de la Niebla —dijo un muchacho que hizo que la mayoría de las chicas suspiraran al verlo—. Me llamo Karatachi Kagura y desde hoy seré su guía.
—Karatachi Kagura, secretario del Mizukage —aclaró la profesora Anko—. No es mucho mayor que ustedes.
Sus palabras sorprendieron a la mayoría e incluso algunas chicas comenzaron a soltar algunos comentarios sobre que él no se parecía en nada a los chicos de nuestra clase.
—Por fuera es muy apuesto, pero ¿Cómo será por dentro? —dijo ChouChou antes de mirarme con una sonrisa—. ¿Qué piensas tú?
—Admito que es un chico apuesto, pero no es para nada mi tipo —dije y en eso he oído como alguien se atoraba. He mirado en dicha dirección pudiendo notar como Shikadai golpeaba la espalda de Inojin—. ¿Te encuentras bien, Inojin?
—Eh, Sí... —dijo rápidamente.
Inojin se me quedó mirando un momento, pero antes de poder seguir hablando he oído como Kagura nos solicitaba que los siguiéramos por lo que Sarada se apresuró en sostener mi brazo para así arrastrarme junto a las demás chicas que seguían suspirando felizmente con cada palabra que mencionaba el chico de la niebla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Unas personas de la aldea oculta de la niebla habían cortado nuestro camino. Kagura, como encargado de ser nuestro guía ha ido a encargarse de la situación. Sin embargo, ellos comenzaron a molestarlo y a burlarse de todos nosotros.
Iwabee se había enfadado por lo que los encaró y para que las cosas no se salieran de control Boruto ha interferido.
—Tú eres el hijo del séptimo Hokage —dijo con arrogancia el ninja de la niebla—. Nos volveremos famosos si te cerramos la boca.
Solté una risa sarcástica al oírlo y aquello llamó la atención de esas personas, por lo que comencé a acercarme.
—Un grupo de ninjas de la niebla intentando enfrentarse a una sola persona —dije, mientras realizaba una expresión seria—. Son patéticos.
