El Misterioso Viajero

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La Banda del Halcón, uno de los mejores grupos de mercenarios de toda la tierra de Midland, por no decir el mejor de ellos. Este gran grupo de mercenarios es liderado por Griffith, un joven de cabellera larga y blanca, su mera presencia generaba un aire de realeza y respeto de todos los que lo rodeaban, incluso muchos llegaban a dudar de que realmente fuera un humano por estas cualidades, y sobre todo por su gran ingenio para hacer estrategias de guerra y su gran habilidad con la espada, las cuales hasta este momento le han dado un historial de victorias donde la Banda del Halcón no ha tenido ni una sola derrota. Todos los que conformaban este ejercito de mercenarios admiraban tanto a su líder, que ha diferencia de la mayoría de grupos de mercenarios, realmente estaban dispuestos a dar su vida por él o mejor dicho por su sueño. Pero claro, la Banda del Halcón no era fuerte solamente por su carismático líder, Griffith, claramente sus hazañas solo eran posibles gracias sus guerreros mas fuertes, sobre todo uno en especifico, el capitán de asalto, Guts, quien portaba una espada tan grande como él mismo, con la cual era capaz de rebanar a sus enemigos con facilidad destrozando sus armaduras gracias a su monstruosa fuerza y pesada espada.

En estos momentos la Banda del Halcón se estaba tomando un descanso, dentro de poco tendrían un enfrentamiento en la guerra de los 100 años donde estos estaban sirviendo al ejercito de Midland. Se podía notar que a pesar de ser mercenarios todos estaban muy animados y que se veían bastante jóvenes como para tener dicho empleo. Ya estaba atardeciendo, el cielo ponía de un color rojizo con cada minuto que pasaba.

Griffith había salido de su tienda para darse un pequeño descanso, había estado varias horas junto a Guts, Casca, Pippin y Corkus, planeando su siguiente ataque. El joven albino camino un poco subiendo una pequeña colina que estaba cerca del campamento, se sentó en el pasto mirando al hermoso atardecer disfrutando de la brisa que movía su largo cabello. Sus ojos azules como el cielo permanecían enfocados en el rojizo atardecer apreciando con sumo detalle el degrade que dejaba la estrella del planeta, como de donde estaba el sol era de un color amarillo intenso pasando a ser un naranja que terminaba siendo rojo, a la vez veía como ese rojo pasaba a ser un azul oscuro o incluso negro por la llegada de la noche. Griffith miro hacia atrás mirando a sus camaradas, entre ellos al cual mas afecto le tenia, el único al que tal vez  podría llegar a llamar su amigo, Guts, podía ver como el pelinegro se levantaba de su asiento para proceder a tomar su larga espada y alejarse con el propósito de entrenar; Griffith dio una pequeña risa ante eso, Guts entrenaba todos los días, y realmente le agradaba eso al albino después de todo Guts era su mejor arma.

Cuando volvió su mirada al horizonte, noto algo extraño, no estaba seguro pero le pareció ver que un hombre aparecía de la nada a unos cientos de metros delante de él, por la distancia no era capaz de ver bien su apariencia, el líder de la Banda dio un rápido vistazo hacia atrás, para luego proceder a ir a investigar. Puede que Griffith no tuviese puesta su armadura, pero aun llevaba su espada amarrada en su cintura. Griffith corría a un ritmo moderado hacia su objetivo, cuanto mas se acerba mas podía detallar la apariencia del hombre, primero podía notar que estaba caminando, parecía tener una capa que también tenia una capucha la cual estaba sobre su cabeza, que no le permitía a Griffith ver el rostro del hombre al tener de espaldas el sol generando una sombra en su rostro; noto que su pantalón era negro ligeramente holgado que llegaba un poco mas abajo de la rodilla, de abajo de la rodilla perecía tener una clase de vendajes que rodeaba el resto de la pierna junto a sus pies, los cuales tenían un zapato negro de suela delgada y en punta; también fue capaz de notar que traía consigo una maleta de hombro, pero lo que puso alerta a Griffth fue la espada que portaba el hombre, si bien no era capaz de verla completamente porque estaba en su espalda, una espada es una espada y no podía confiarse. Al estar a unos 20 metros del hombre se detuvo a esperar a que él llegara.

El hombre misterioso se acercaba lentamente a Griffith, después de todo no tenia prisa, y ya había notado al albino acercarse desde hace un tiempo. El hombre se paro a unos pocos pasos de Griffith, notando al instante el aura de liderazgo que emanaba, lo miro de arriba a abajo por su apariencia diría que es algún tipo de persona de clase alta, sin embargo desecho ese pensamiento al ver sus prendas, las cuales no eran de alguien de la nobleza, por eso y porque venia solo, únicamente venia con una espada.

El Tercer MarcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora