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Byulyi apresuró el paso hasta llegar a su casa. Su cuerpo estaba cubierto únicamente con una camiseta de manga corta, razón por la cual temblaba a causa del frio exterior y su piel se encontraba en la mayoría helada; pero no se preocupaba tanto por ella en esos momentos, sino por el pequeño cuerpo que apretaba contra su pecho y que se refugiaba en sus brazos en busca de calor. 

Caminó hasta llegar a la sala y así poder depositar al pequeño animalito sobre el sofá. 

Luego de tomar la decisión de salir a caminar un rato por el parque y tomar aire fresco, en su camino de regreso pudo percatarse que entre las bolsas de basura puestas a un lado de un contenedor de basura, un cachorrito se acurrucaba contra la superficie, temblando, sucio y buscando refugiarse en aquel apestoso lugar. 

A la rubia se le rompió el corazón ver tal escena, y le enojaba que las personas que también lo notaban, fingían que no lo veían o simplemente lo ignoraban. 

Moonbyul descubrió su cariño por los animales desde muy temprana edad, cuando su mamá adoptó de un refugio de animales un pequeño gatito y pudo considerarlo felizmente su primera mascota. Su corazón se ablandaba al comprometerse a compartir su tiempo con ellos, consentirlos y sobre todo, cuidarlos.  

Todo esto provocó que ahora Byulyi contase con cuatro perros, un par de peces y un lindo lagarto. Se podía decir que aunque le quitasen mucho tiempo y energía, ella estaba completamente feliz de darles un hogar y que ellos le agradecieran con su tierna compañía. 

Moonbyul suspiró mientras se sentaba en el lugar vació del sofá y observaba al pequeño perrito al lado de su cuerpo, este temblaba y se hacía para atrás debido al miedo. 

-Ya, tranquilo, pequeño.- Posó la mano sobre su cabeza para acariciarla un poco.-Ya estas a salvo, bonito, ¿si?- Le susurró con suavidad para darle más confianza. 

Byulyi sonrió observando la sudadera que había puesto en su peludo cuerpo cuando lo encontró y sintió el deseo de ponerle otra para evitar que pasase frío. 

Los demás perritos que vivían con ella merodeaban alrededor de ellos con curiosidad y se turnaban a subirse ligeramente al acolchonado lugar para olfatear al desconocido. 

-Es agradable, ¿no?- Preguntó a uno de sus compañeros de cuatro patas. Hablarles la hacía sentir un poco más conectada a ellos. 

Byul se levantó del sofá dispuesta a buscar algo de croquetas y de paso, alimentar también a sus otros animalitos. En el camino, decidió ir al baño primero para tartar de quitarse la suciedad que podía. 

Puchereó cuando su reflejo en el espejo le enseñó las grandes marcas de tierra que tenía tanto en sus mejillas, como en sus brazos. 

Su estado era lógico, cuando vio al cachorrito abandonado, a Moonbyul no le importo quitarse la sudadera para en volverlo en ella y tratar que dejase de temblar aunque sea un poquito, provocando así que los residuos sucios de su pelaje y del basurero hicieran contacto con su rostro y las partes descubiertas de su piel. 

Decidida a bañarse después, lavo sólo sus manos y minutos después, preparó la comida para los cinco perritos en la sala. 

-No soy la única que necesita un baño.- Murmuró observando al nuevo residente del hogar comiendo lo más rápido posible, como si tuviera miedo que le quitasen su comida. 

El timbre de la entrada principal la sacó de sus pensamientos y pudo sentir la desesperación recorrerle el cuerpo al saber quién estaba detrás de la puerta. 

Lo había olvidado por completo. 

Trató de quitar la suciedad de su rostro frotándolo contra sus manos limpias mientras se dirigía a la puerta. 

Sweet Heart (Moonsun)[Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora