Siete: Nanami y su prometida.

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Y tal cómo había dicho su amigo, tras una semana Media, Nanami, el amigo de Gojo llegó a Japón junto con su prometida.

Gojo quería ir a recibirlos, pero con el estado demacrado en el que se encontraba, prefirió quedarse en su mansión y alistarse lo mejor posible para verse bien, incluso le pidió ayuda a su mejor amiga que era una experta en el maquillaje para cubrir sus grandes orejeras y el tono demaciado pálido y amarillento de su piel, pero solo su rostro, cuello y manos. Para luego colocarse un traje lujoso y elegante, junto con unos zapatos de marca.

Con eso, nadie notaría lo mal que lo había pasado estos cinco años, nadie notaría lo demacrado que lucía, nadie notaría que el gran Gojo Satoru, se encontraba en un estado de depresión a causa de su amor desaparecido.

•••

—Señor, la casa ya está limpia y ordenada, las habitaciones para los visitantes preparadas y la cena lista para servirse en cualquier momento. —dijo una mujer dando una reverencia frente a Gojo, quien asintió.

—Gracias Mai, puedes retiraré hasta que te llame para servir la comida a los invitados —dijo mientras se arreglaba la corbata y luego el cabello.

—Si mi señor, me retiro con su permiso —y se fue.

Gojo se siguió mirando en el espejo mientras arreglaba unos últimos detalles, pensando que nadie notaría que estaba mal tras esa capa de maquillaje, nadie. Al menos que sea esa persona, su amado Yuuji Itadori, él si lo notaría de inmediato y solo bastaría una mirada y escuchar su voz para darse cuenta de eso.

Sonrió al recordar un momento en su tiempo de casado, en el que su querido Yuuji lo cuidaba cuando se encontraba en mal estado, sin importantes esos chupetones y rasguños en sus espaldas claras de una infidelidad, y por eso su mirada triste y sonrisa forzada cada vez que lo miraba.

Borro de inmediato su sonrisa, quedándose quieto sin hacer movimiento alguno mientras se miraba aún en el espejo. Ahora que se miraba, si que había sido un hijo de puta, tratando de esa manera a Yuuji quien solo se quedaba callado, cuidandolo a pesar de todo, y ahora cuando recuerda la mirada y sonrisa que le daba, quería golpearse a si mismo por ser tan idiota y por tratar de esa forma a esa persona que solo lo amaba tanto para dejar de lado el hecho de que le era infiel.

—... —miro el dorso de su mano ensangrentado y luego el espejo roto.

Mierda, así se sentía en ese momento, odiando grandemente sus acciones pasadas que no cambiarían por más que tratara.

•••

—Mi señor, el señor Nanami y su prometida ya llegaron, ahora mismo están bajando del carro, ¿Les gustaría ir a recibirlos? —dijo un mayordomo que tembló levemente por la mirada que le dedicó su señor.

—Si, ahora bajo —respondió Gojo terminando por vendar su mano, levantándose para salir de su habitación— Por favor has que limpien el desorden con respecto al espejo roto en el pasillo —ordeno mientras caminaba por el pasillo y se dirigía a las escaleras para bajar y caminar hacia la entrada de su mansión a recibir a su amigo.

Viendo que este ya se encontraba en el lugar, con una niña escondida detrás de sus piernas, cosa que le sorprendió de gran manera, ¿En qué momento Nanami se había vuelto padre?

—¡Nanami! —exclamo con una gran sonrisa y brazos abiertos, caminado hacia su amigo para abrazarlo, pero este lo detuvo antes con una mano en su rostro.

—Ni lo intentes —susurro con mirada sería.

—Ah, sigues siendo igual de gruñón que siempre —dijo sonriendo mientras apartaba la mano de su rostro— Me pregunto cómo fue que conseguiste que una mujer aceptara casarse contigo —soltó con burla, asombrandose cuando el contrario bajo la mirada con una sonrisa en sus labios.

Volverte a ver (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora