02.

183 38 12
                                    

— ¿Por qué quieres que me quede aquí?

— ¿Por qué crees que quiero que te quedes aquí?

Eric se encontraba sentado en el sofá, mirando de forma sospechosa a JuYeon.

— No sé, con un chico tan bombón como yo todos quisieran buscar excusa para unos revolcones.

— ¿Perdona?

— Perdonado.

Juyeon rodó los ojos, viendo cómo Eric se acariciaba su propia trasero con una mirada de "por qué soy tan guapo, me odio"

— Todos quisieran este culito, te entiendo bro. Lástima que no te lo daré.

— Si deseas o no me crees te puedes ir a la mierda, muy amable estoy siendo. —dijo, con el ceño fruncido.

Eric rió, la poca paciencia del otro chico le resultaba graciosa.

— Y gracias, pero todo pasó muy rápido y me caes mal.

— Not my problem. —le contestó JuYeon, con una mano en su cadera.

Eric sonrió de lado, observándole de pies a cabeza.

— Qué bonito estás.

El pelinegro se rascó la nuca.

— ¿Y eso a qué se debe? —preguntó, algo confundido. Pues es un desconocido al que le confió entrar a su casa.

— Nada, te estaba analizando.

— Pues no lo hagas, gracias. —comenzó a caminar hacia la cocina.— ¿Gustas de alguna bebida, tú?

— Está bien.

Ambos chicos tomaron soju mientras charlaban un poco, y así JuYeon se pudo dar cuenta que Eric era un niño de a penas dieciocho años, consentido por sus padres y que por eso se comportaba de una forma caprichosa. Se miraba confiable. Ahora el irresponsable era él por darle bebidas alcohólicas, más el crío le montó un espectáculo cuando le llevó leche de fresa.

— Entonces... ¿Dónde dormiré?

— Aquí.

— ¿Aquí?

— Sí, ¿en dónde más?

— ¿Cómo dormiré yo en un sofá?

— Simple, te acuestas, cierras los ojos, buenas noches.

— Jaja, gracioso. —hizo una mueca.

JuYeon se puso de pie puesto que su charla ya había durado demasiado y debía de estudiar mucho mañana, así que se dirigió a su cuarto para buscarle unas ropas al chico.

Claro, no se esperaba con salir de el walking closet y encontrarse a Eric saltando en su cama.

— ¿Qué hacés? —preguntó enojado.

— Muy cómoda tu cama, ya es mía. —se lanzó sobre las almohadas, abrazándolas con una sonrisa traviesa.

— No me jodás.

















JuYeon terminó durmiendo en el sofá esa noche.

Quarantine; 주릭.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora