Invirtiendo el cuadrado

Capitulo 3

-¿Marinette que crees que haces? - pregunto una preocupada Tikki por la decisión de su portadora de dejar entrar a su compañero con miedo a que pudiera descubrir su identidad, sabia que tarde o temprano pasaría pero no estaba segura de como les podría afectar saberlo a ambos en este punto de sus vidas.

-Tranquila Tikki estará todo bien, mientras no te vea a ti o a la caja de los miraculous no sospechara nada, además no podía dejarlos afuera con este frio y ni hablar de negarles las galletas si me hacían esos-

-Ojitos de bebe, lo se Marinette solo asegúrate de ser cuidadosa- no podía hacer cambiar de opinión a la chica así que solo le tocaba desearle suerte de que los dos gatitos no tuvieran mucha curiosidad por su cuarto.

Ambas subían de regreso al cuarto cuando escucharon susurros, después un grito, algo moverse rápido, un sonido de sorpresa, risas y de repente un golpe seco, todo eso en menos de 20 segundos, se voltearon a ver preocupadas para después Tikki esconderse en la blusa del pijama de Marinette y esta subiera las escaleras que quedaban corriendo para abrir la puerta.

-¿Pero que? -

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-Después de que Marinette los dejo solos los gatitos cada uno se puso a curiosear por su cuenta, el pequeño gato descubriendo cada sitio de ese cuarto donde nunca había estado y Chat noir por su parte notando las diferencias que había desde la ultima vez que estuvo ahí, como el papel tapiz en las ventanas, la nueva caja de costurerita de la prospecto a diseñadora y el hecho de que había muchas menos fotos de el en su identidad civil, esto ultimo le extraño un poco ¿Marinette estaba perdiendo el gusto por la moda? No eso no debería tener sentido ¿Ya no le gustara la ropa de su padre?

Nada le parecía lógico, no creía que Marinette estaba enojada con el, jamás le hablado tan despreocupada como ese día, entonces ¿Qué era el causante de su falta de presencia en las paredes de la chica?

Mientras el se perdía en sus pensamientos a su compañero le había llamado la atención un baúl rosa entre abierto en el que se podía ver muchos regalos, sin saber como terminar de abrirlo para observar, soltó un maullido llamando la atención del héroe de parís que de inmediato supo lo que quería el gatito

-Oh no definitivamente no, deja eso es propiedad privada de mi princesa- Se puso de pie para tomar a el gatito cuando este salto hacia la cama- ¡VUELVE AQUI! - Persiguió al gatito corriendo ambos hasta la cama cuando lo iba a tomar ambos pares de ojos se enfocaron en algo sobre la cama soltando un sonido de emoción, se encontraron un par de ovillos de lana y cada quien tomo uno, los deshicieron anormalmente rápido y Chat soltó unas pequeñas risas al ver como el gatito se enredaba por completo en el ya desecho ovillo. 

Cuando observo que estaba a punto de caer de la cama, al querer atraparlo se enredaron en el ovillo y callo al piso con la espalda para mantener a salvo el gatito.

-¿Pero que? - justo Marinette llego y vio al par de gatos en el piso enredados en los ovillos de lana que acababa de comprar- ¿Me quieren explicar que paso? -Dijo entre molesta y curiosa.

-Veras princesa, nuestro amiguito quería ver lo que había en tu baúl y cuando quería evitarlo subió a la cama, lo seguí encontramos esto y realmente no se como paso- Dijo agachando las orejas del traje

Solo pudo soltar un suspiro y resignarse a tener que volver a hacer los ovillos mas tarde- Bueno después arreglare eso, ¿Qué les parece si ahora comemos?- pregunto poniendo las galletas sobre el sofá-cama que tiene en su cuarto y un tazón con leche en el piso para el gatito

-Me parece prrrfecto prrrincesa- dijo y la azabache solo soltó una risita. La noche iba pasando rápido entre platicas, risas, chistes malos y un par de anécdotas que no dieran muchos datos de la identidad del héroe, el nunca se había dado cuenta de lo interesante que era su amiga y lo segura que podía ser en confianza, ¿seria eso lo que tendría? ¿antes no confiaba en el? ¿Qué hizo para que fuera diferente? ¿Cómo se había perdido tanto tiempo de eso?, esas y mas preguntas se acumulaban en la cabeza del rubio que no se dio cuenta de la pregunta de la ojiazul