solo soy una niña

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- Capítulo 1
verano del 2018 (11 años)

Comenzaba el verano y mi familia tenía planeado viajar a Londres allí de encontraba la familia de mi padre. He de reconocer que me encantaba viajar a aquella preciosa ciudad

Iba sentada en el asiento de detrás del copiloto, mis ojos iban cayendo lentamente mientras pensaba en que pasaría si el avión dejara de funcionar ahora mismo, sí, no tenía una mente muy normal. Todos mis raros pensamientos desparecieron cuando noté algo afilado clavarse en mi codo.

—¡Au!— gemí, al instante supe quien había sido, Zac, mi hermano mayor, es tan odioso.

—¿Te he levantado de tu siesta princesa?— se burló. Mi frente se arrugó, me había molestado que hubiese hecho eso, pero siendo sincera, no me sorprendía nada

Zac Collins es mi hermano, es tres años mayor que yo, es un adolescente normal, o eso creía...

No me he presentado, soy Hazel, Hazel Collins, soy una chica muy tímida, aunque hago amigos demasiado rápido, es difícil de explicar. Pienso la cosas mucho, quizá es una de las razones por las que nunca prestó atención en clase

Mi madre se encontraba dormida, sin embargo mi padre conducía mientras titubeaba una canción que no me bastó más de 10 segundos para saber de cuál se trataba

—ℎ𝑒'𝑠 𝑡ℎ𝑒 𝑜𝑛𝑒 𝑤ℎ𝑜 𝑙𝑖𝑘𝑒𝑠 𝑎𝑙𝑙 𝑜𝑢𝑟 𝑝𝑟𝑒𝑡𝑡𝑦 𝑠𝑜𝑛𝑔𝑠— cantaba con mucho ánimo
—𝑎𝑛𝑑 ℎ𝑒 𝑙𝑖𝑘𝑒𝑠 𝑡𝑜 𝑠𝑖𝑛𝑔 𝑎𝑙𝑜𝑛𝑔— le seguí el rollo
—¡nirvana!— dije emocionada, el solo soltó una carcajada

mi hermano estaba escuchando música en el móvil, apuesto por rap inglés, me daba miedo preguntar ya que sabía que iba a obtener una respuesta burlona

no tardaríamos mucho en llegar, el viaje se me hizo corto ya que en el
último tramo me dormí

...

—Hazel despierta— me levantó mi hermano, segundos después conseguí abrir los ojos del todo, al momento me di cuenta de que algo no iba bien, no estábamos en casa de los abuelos, estábamos en un... HOSPITAL?

antes de que pudiese pronunciar nada mi hermano tomó la palabra

—solo sígueme, te lo explicará mejor otra persona—

me quede blanca, ¿que hacia ahí? ¿quién tenía que explicármelo? ¿dónde estaban mis padres? y muchas más preguntas revoloteaban en mi cabeza, antes de que me diese cuenta él ya había comenzando ha caminar, fruncí mi ceño, mis pensamientos nunca me dejaban ir al ritmo de vida de los demás

tuvimos que subir muchísimas escaleras, ¿porque narices no hemos cogido el ascensor? pensé en mi cabeza, no iba ha preguntárselo, sabía que algo no iba bien y si no habíamos cogido el ascensor es por alguna razón

llegamos al piso décimo, mis piernas flojeaban, estaba demasiado cansada,
intente mirar la cara de mi hermano, el iba un escalón más arriba que yo, tenía el ceño fruncido y estaba ¿llorando? Nunca había visto llorar a mi hermano, no sabía que estaba pasando pero mis pensamientos me estaban torturando

allí se encontraban mis padres, fui corriendo hacia el lugar donde se encontraban, ellos no me habían visto, estaban hablando por lo bajito

—es hora de decírselo— masculló mi padre
—pero solamente es una niña— le contesto mi madre

estaba harta de tantos secretos, ya comenzaba a enfadarme, ¿como que solo soy una niña? a ver, lo era, solo tenia 11 años, pero mi cabeza estaba 2 años por delante de mi cuerpo

—¿que está pasando aquí?— me atreví a preguntar

mi madre solamente me miró e indicó una puerta con su dedo índice
—entra— me dijo

abrí el pomo de la puerta que había señalado mi madre, era la habitación 220, al entrar presencié un olor a vainilla, ese olor era característico de mi tía Danai, era mi personaje favorita, tenía los ojo color miel, un pelo corto desigual de color rubio oscuro, vestía de una forma muy hippie, siempre fue mi figura maternal, ella era la única que podía entenderme

cuando me di la vuelta observé una camilla con sábanas blancas y azules; típicas de hospital, y vi a Danai yacer sobre estas, mi boca se abrió de par en par, no podía creerlo, ¿estaba muerta? esa imagen se me grabó en la retina, no podía hablar, no podía ni siquiera respirar, mis ojos estaban fijados en uno de sus brazos y  comenzaron a cristalizarse

mi madre entró al minuto
—está viva— confesó. Por dentro lloraba de alegría pero preferí mantenerme fuerte por fuera

—¿por qué tiene tantas quemaduras?— mi madre no quiso responderme, solamente dijo un: "ya te lo contará ella cuando se recupere," deducí, que tuvo un accidente y que saldría viva de aquella situación, pero mi subsconciente me decía que algo iba a salir mal

...

todo el verano lo pasé del hospital a casa de casa al hospital, era bastante aburrido, las peores vacaciones podría afirmar, además Danai estaba en coma, y verla casi sin alma hacia que mi corazón se rompiese. Ella no se podía ir, me prometió quedarse conmigo hasta mínimo ver a mis hijos, ella era mi mejor amiga; no me podía dejar allí.

El tiempo me iba matando, nadie me contaba nada, ni siquiera me explicaban si iba a salir bien, si volvería a jugar conmigo, mi familia se volvió fría, esos dos meses que estuvimos en Londes fueron letales.
Solo quería volver a casa...

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