Cp.4: Como Princesa

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   Todos miraban perplejos el movimiento de aquellas nalgas que zumbaban de un lado a otro, esa piel blanca y suave que daba lugar a hermosas pecas, labios carnosos que dejaban a cualquiera sediento de contacto y esas bellas Esmeraldas que tenía por ojos.

   Todos en la hora pico, esperaban su turno en el comedor para ver al chico nuevo que servía unas galletas. Midoriya estaba aburrido y chateando con Kirishima, esté le comentó del trabajo.

   Cada uno con los de su clase, sentados en su mesa, murmuraba sobre el chico, lo lindo, tierno, sexy y que sabía cocinar.

-Que bueno que les gusta - señaló el peliverde con una sonrisa mientras dejaba galletas en la mesa de la clase 1-A, quienes aprovecharon para llenarlo de halagos y preguntas.

  Un rubio cenizo chasqueo la lengua, estaba molesto por el comportamiento tan penoso de sus compañeros, esto no pasó desapercibido por el pecoso que se le acerco inocente a preguntarle sobre la comida, la respuesta que obtuvo fue que el rubio le lanzó la comida encima gritándole que era horrible.

   Midoriya sólo titubeo un lo siento, pequeñas lágrimas se acumulaban en sus ojos, mientras intentaba limpiar. Todos miraban como asesinos al rubio esta vez, se había pasado de la raya al molestar al dulce Izuku. Comenzaron a  reprocharle su comportamiento, listos para lincharlo cuando fue salvado por Aizawa.

  Bakugou fue enviado a la dirección con jalones de oreja por otro profesor, mientras el Azabache acompañaba a Midoriya a los baños para que se limpiará. Aizawa se preguntaba por qué el director había aceptado a este chico, era tan joven como los de su clase, pero lo que más le molestaba era ese profundo y oculto pensamientos de que el chico era peligrosamente sexy.

   De camino a los baños, Midoriya pensaba seriamente en su comida, pues tres meses en Shokugeki No Soma, no eran suficientes para ese Bakugou. Distraído no se dio cuenta de que estaba subiendo las escaleras mientras seguía al azabache, resbaló cayendo hasta el final de los escalones.

  Aizawa se apresuró a socorrerlo, pero lo peor que tenía era un moretón en la rodilla, el peliverde intento caminar contenido el dolor, pero el Azabache al darse cuenta suspiro y decidió cargarlo como princesa.

    Mientras lo llevaba en sus brazos, inevitablemente podía oler su cabello, cuyos rizos se mecían en cada paso, liberando ese aroma a flores silvestres, suave y puro. Podía ver de serca esa piel de porcelana con pecas y aunque tenía cicatrices no dejaba de ser bellísima. Aizawa creyó que llevaba sobre sus brazos el tesoro más hermoso y frágil del mundo.

    Midoriya estaba avergonzado de molestar a uno de los profesores con una situación tan incómoda. Sujetando la ropa del más alto, tiro de ella con suavidad para llamar la atención a lo que el otro atendió, Aizawa miraba los brillantes ojos del pecoso, más un leve rubor, una mueca extraña que simulaba una sonrisa, hablo, - A-Aizawa sense, lo...lo siento-.

  El más alto se detuvo un instante que parecía una eternidad, sintió como su corazón dio un vuelco, esa voz fue sumamente sensual, la sangre bajo hasta su entre pierna llenando al Azabache de pensamientos impuros relacionados con el pecoso.

-¿Aizawa Sense?-, señaló una voz que lo saco de su trance.

El profesional miro que se trataba de un ojeroso de cabello azul y sin pensarlo mucho puso a Midoriya sobre los brazos de este quien lo tomo confundido, -Llevalo a la enfermería y luego a las duchas - sin decir más escapó.

Tanto Midoriya como el peliazul estaban totalmente confundidos. - E..Este - dijo el pecoso, jugando con sus dedos, - N..No tu, No tienes que cargarme, y-yo puedo solo - el rubor en su rostro era inevitablemente.

  El más alto lo miraba fijamente sin decir nada, detallando sus facciones, dándose cuenta del moretón en su rodilla, pues llevaba pantalones cortos (short creo v:). Camino en dirección a la enfermería, Midoriya estaba que moría de vergüenza tapando su rostro para que no lo viera el otro. De camino Midoriya se presentó y el ojeroso igual.

   Al llegar a la enfermería no había nadie, sólo una nota que decía que Recovery, no estaría por unas horas, Shinsou tomo la responsabilidad de atender el moretón, sentó al pecoso en la camilla, busco entre los estantes una crema especial para la ocasión, cuando la aplico sobre la piel del más bajo, este hizo un pequeño gemido, suficiente para que Shinsou entendiera por que su profesor había huido de esa manera.

  Pero el no iba a huir de hecho iba a probar esos labios tan jugosos. Paso de la rodilla al muslo acariciando con lentitud y suavidad, tensando el cuerpo del menor, sonriendo por la acción nerviosa del pecoso, con su otra mano tomo su barbilla dirigiéndola para que lo mirase a los ojos. -Estas demasiado nervioso, necesitas relajarte - robándole así un beso.

    Sus labios se juntaban con suavidad, pero como era de esperarse el calor del cuerpo de Midoriya aumento, era algo incontrolable, respondiendo el beso con deseo. El más alto no pasó esto desapercibido y comenzó un beso lascivo, la mano que rosaba el muslo pasó a las caderas para sujetar al más bajo, quien retenía a Shinsou con fuerza.

   El más alto quiso aumentar la temperatura, por lo que sin aviso alguno tocó el bulto entre la entre pierna del otro, masajeando en círculos, - Ahh... Agh... Mmm-

   Los gemidos de Midoriya eran música para los oídos, separándose del beso por aire, dejaron ver un hilo de saliva que unía sus lenguas. Shinsou quiso ir directo al asunto.

- ¿Que posición te gusta más?-

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Debo pensarlo seriamente, lo posición favorita de Deku

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Debo pensarlo seriamente, lo posición favorita de Deku.










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