Un Oneshot que terminó siendo una historia por motivos que desconozco xD, creo que me quedó más largo de lo que pensaba.
Una historia que muestra la vida de Jin y Miyubi como una pareja casada, que por la incertidumbre de su compatibilidad biológic...
//Aviso Rápido, las imágenes son de referencia. Ojala supiera dibujar xD
4 años después...
Se supone que eran las 10:00 AM del sábado. Y se supone que iba a despertarme por una alarma. Pero no era así, la alarma no me despertó.
- ¡Papá, papá! ¡Despierta! ¡Hoy vuelve mamá!-
Sentí una voz infantil mientras me movía la cabeza hacia todos lados.
Su voz es un poco chillona, pero no me desagrada. ¿Cómo podría desagradarme mi propio hijo?
Abrí los ojos para verlo encima de mi pecho, sentado. Aún llevaba su Pijama de Panda que su tía Meimei le había regalado en la navidad pasada.
- Lo sé... Lo sé... Ha Sido un mes que no la vemos. Sabes que tu mamá es...-
- ¡La mejor científica del mundo!-
Me quitó las palabras de la boca. Miyubi consiguió un buen trabajo de investigación en el extranjero. Algo sobre el procesamiento del alma o cosas que no comprendo exactamente bien. Su gran conocimiento a decir verdad, revolucionó muchas áreas como por ejemplo la biomecánica.
Esto también trae sus contras. Usualmente no la he visto mucho. Con suerte, está una semana o dos en casa y luego parte por un mes entero.
- ¿Crees que hoy podrá jugar conmigo? ¿Cierto? ¿Cierto? -
Akihiro me miró emocionado con aquella pregunta. Pero no sabía que responderle. Sabía que llegaría muy cansada o directamente... No estaría a la velocidad de nuestro hijo como de costumbre.
Akihiro es... Muy hiperactivo.
Bueno, no mucho. DEMACIADO.
Es de esos niños con mucha energía, cerré los ojos y lo vi abajo de la cama, Vi mi celular y ya estaba la televisión del salón prendido. Su energía vital era ridícula en comparación de su pequeño tamaño.
Suspiré y me levanté, luego cambiaría mi Pijama. Debía darle de desayunar.
- ¡Oye! ¡Que te dije de comerte esas galletas, no te subas al estante!-
- ¡Atrápame si puedes, papá! -
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Puedo decir que lo perseguí por toda la casa al menos 10 o 15 minutos. Estoy viejo para esto y eso que solo tengo 31. Sabía que era difícil cuidar de un niño, pero jugar con el no iba dentro del manual.
- Quédate sentado, ya voy a servirte el desayuno.-
Pero no importa. Está feliz. Cómo buen padre, le hice algo delicioso y aproveché la mañana para hablar con el.
A decir verdad, me apena no poder estar tanto con el como yo esperaría. Ser profesor me quita mucho tiempo, más cuando debo estar a cargo de un club o cuando tengo alumnos en clases extra. Han pasado años desde mi terquedad frente a los animales en general, pero sigo siendo firme con mi pensamiento.
