Padres Primerizos. (Jin x Miyubi)

Acto 1. "La nueva vida"

—1— Acto 1.

Fue un día de primavera, quizá el más bonito que se ha podido ver en años. Los árboles de Cerezo dejaban volar sus hojas en el viento mientras los recién graduados recibían sus diplomas y los aplausos de profesores, Kouhai y claro, nuestros padres.

Creo que luego de toda esta experiencia, dejé mi molestia por los animales a un lado, claro, debía de hacerlo. Maduré, me reí y sobre todo, me enamoré.

Ya entregados nuestros diplomas, se nos dio un tiempo para estar con nuestros antiguos compañeros. Decidí volver a mi lugar, junto al ya concluido Club que duró tres años.

Ahí estaban todas las chicas, algunas llorando y otras abrazándose por seguramente el largo Hasta luego que haríamos. No es que no nos volviéramos a ver nunca, pero es obvio que quizá no será como antes.

- Felicidades a todas. - Sonreí sin más, Ranka había dejado de tirarse a mi rostro a lamerme hace algún tiempo, supongo que es por la condición en la que estoy actualmente.

- ¡Senpais! Esto es para ustedes.- Chii se había acercado a nosotros con regalos, algo normal viniendo de un Kouhai, aunque considerando mi actitud arrogante años atrás, esperaba no recibir nada.

Abrí el regalo, del que tenía una foto enmarcada tomada unos meses atrás.

- Gracias, lo aprecio mucho.- Agradecido por el gesto, sonreí. Siempre las chicas me miran raro por ello.

- ¿Ya tienen pensado que harán a futuro?- Hino-san preguntó a todo el grupo, ya éramos graduados y nuestra vida comenzaría ya en un tiempo corto, claro que fue una pregunta muy bien Dada.

Ranka quería conocer el Mundo, Hana ser escritora, Chii deseaba un bar de sangre...

Todas tenían sueños que estaban hechos para ellas. Me alegraba poder pensar que avanzaremos sin tener que depender de los demás.

- Bueno, quizá volveré aquí. Ser profesor se ve prometedor. - Quise responder a la pregunta.

- Y yo... Una... Científica...- Miyubi aprovechó de dar la suya.

Esa perezosa siempre fue muy inteligente, quizá más que yo en diversos temas.

- Pero lo haremos juntos. ¿No?- Tomé su mano.

Cuando la conocí no esperaba nada, de hecho, la considere una molestia por un buen puñado de meses.

Pero cada día... Cada semana que podía siquiera verla o hablar con ella, aunque fuera un poco...

Parecía eterno.

- No... Te... Arrepentirás?- Ella hizo su mayor esfuerzo para apretar mi mano.

Negué con mi cabeza. No iba a arrepentirme nunca. Nunca creí que sería posible que ambos pudiéramos estar juntos, es como un cuento de hadas.

Pero por ese cuento de hadas, soy más feliz que nunca.

- ¡Wuuuuhhh! ¡Que vivan los novios! -

Meimei hizo lo suyo, aplaudió todo el club a la vez que nosotros estábamos a punto de explotar de la vergüenza.

¿Pero cuál era el problema.? Esa Perezosa era mi novia, claro. En ese momento lo era.

-2-

Sentí como un flashback había pasado en frente de mis ojos al ver esa foto colocada en la mesa de noche. ¿Cuántos años han pasado ya, diez?

Busqué mi celular, se me había caído al suelo. Al levantarlo, sonrío pues como de costumbre diviso mi anillo de compromiso.

Y justo al lado de la foto de graduación, estaba la de nuestro matrimonio. Éramos nosotros dos, la llevé cuál princesa al altar por su limitación física.