[...]Era la típica carta antigua, doblada a la perfección. De color crema. Lo que más llamaba la atención era el sello, tenía forma de calavera y, la cera era de color negro.
Lentamente me dispongo a abrirla.
Para mi sorpresa estaba vacía.
No había nada en su interior."Espera, ¿eso no es un collar?
Si, definitivamente lo es."Lo cojo con cuidado. Lo observo durante un largo rato, no encuentro nada fuera de lo común, es un collar normal. Una cadena fina , parece de plata, y de colgante tiene un pequeño diamante alargado.
No es para nada lo que me esperaba.
Me vuelvo a meter en la cama, después de un rato me duermo profúndame.
(...)
"Pi,pi,pi,pi".
Me giro para apagar el despertador, siempre he tenido un problema con los despertadores y es que me ponen de mal humor, por eso siempre me despierta o mi madre o mi padre. Pero hoy es diferente ya que ninguno de los dos está. Ayer me dijeron que se irían unos días fuera del pueblo por temas de trabajo.
Me levanto, voy al baño a ducharme, es una costumbre que tengo, ducharme todas las mañanas.
Cuando acabo de prepárame bajo a la cocina a coger mi desayuno. Hago café y lo pongo en un termo para tomarlo mientras camino al instituto. Este se encuentra cerca, como a 10 minutos andando, la verdad eso me gusta, me gustaba caminar, ver el paisaje. A pesar de que veo el mismo paisaje siempre , nunca he pasado las suficientes veces como para observar cada flor, cada árbol o cada hoja caída.
Una vez lista salgo de la casa con el abrigo de invierno puesto, aun que es otoño hace el mismo frío que en invierno. Vivo en un pueblo a las afueras de Canadá, se llama Merrickville, no es muy conocido por lo que nunca hay turistas, aparte, siempre hace frío, en verano la máxima temperatura que podemos alcanzar es de 23 grados.
Después de un rato caminando llego por fin al instituto. Voy directamente a la clase que me toca con la señora Wyne. La conozco de otros años así que no me preocupa llegar pronto y tener que hablar un rato con ella mientras los demás alumnos llegan.
Cuando entro, efectivamente, está la señora Wyne sentada en la mesa de profesor tecleando algo en el portátil.
—Buenos días señora Wyne — todos la llaman señora Wyne ya que tiene alrededor de 50 años.
—Buenos días señorita Brownbear —esta acostumbrada a llamar a todos por su apellido, es una extraña costumbre que tiene desde siempre—, no ha llegado usted muy pronto?
—Prefiero llegar pronto a llegar tarde, ademas no me importa charlar un rato contigo.
—Está bien eso de llegar pronto, son las ocho y media, la clase empieza a las nueve en punto.
—Lo sé.
—¿Puede hacerme un favor señorita Brownbear?
—Claro, ¿que necesita?
—¿Puedes ir a llevarle estos papeles a el señor Martínez porfavor?
—Claro— digo normal aunque por dentro esté muy irritada, el señor Martínez no es que me caiga muy bien que digamos. Es el profesor de lengua, junto con la profesora Wyne que es la de literatura. No me quejo ,me gusta la asignatura, pero el señor Martínez pone de los nervios a cualquiera.
Me dirijo ha su clase, que es la que está a 3 de la de literatura.
Cuando llego, veo al señor Martínez mirando el periódico de hoy con los pies en la mesa.
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La oscuridad de la noche
General FictionNiebla. Oscuridad. Silencio. Mi vida resumida en tres simples palabras, que para ti, lector , son muy básicas. Pero para mi tienen un significado muy profundo. Todo había sido muy tranquilo y cómodo, leyendo libros, pintando cuadros, escuchando musi...