La guerra no solo trae enemigos, también trae amigos. Dos reinos que se unieron para pelear contra el mundo y salir victorioso los hizo más que amigos, los convirtió en familia. Por eso cada año se reunían para festejar su victoria se llevaba a cabo una gran feria donde se rendían tributos entre ambos reinos. Era su manera para no perder sus lazos y la excusa de sus reyes para tomar esta perder la conciencia.
—Te has vuelto frágil Thomas, apenas puedes mantenerte en pie después del primer barril de cerveza— sonrío Edward el cual pasados de tragos también veía la sala dar vueltas.
—Apenas empiezo, no ves que estoy en plenas condiciones. Podría pelear con un oso si lo quisiera—Thomas dio varios pasos en círculo hasta caer sentado. En sus intentos por ponerse pie tumbo de un estante un pequeño bolso. Contenía un regalo que le había dado Edward hace 16 años cuando decidieron aliarse para pelear contra los demás reinos.
— ¿Aun lo conservas? —. Sonrió Edward sentándose a su lado. — Antes solíamos jugar mucho a esto y apostábamos cualquier tipo de tonterías— Se dio un sorbo de cerveza dejando la jarra seca.
—Hagamos una última apuesta— Una chispa de fuego se encendió en los ojos del anciano, como si fuera la última antorcha en una gran tormenta. Thomas siempre hacia este tipo de cosas impulsivas, desde de joven siempre le gusto hacer travesuras. —El perdedor tendrá que dar la mano de su hija— Sonrió nuevamente.
—Uhm—. Trago en secó. —Sabes no quiero idiotas en mi familia—Suspiró estirando la barba negra. Edward lo pensó por varios segundos y asintió con la cabeza. Se paró del suelo y tomo su espada y lanzo al fuego. — Recuerdas el día que hicimos nuestra alianza, pues es la misma regla, si uno no cumple su parte debe sacar la espada del fuego con las manos desnudas—. Era especie de ritual en la familia Escarlett, veían el fuego como pureza, ferocidad e inocencia en un mismo elemento. Plasmado en el emblema de su familia con una rosa roja en llamas.
Thomas era un poco más tranquilo prefería la firmeza, fortaleza y sobre todo la apariencia. Por eso su símbolo familiar era un dragón de piedra acostado. Según su historia familiar hace miles de años atrás los dragones surcaban los cielos y dominaba el mundo con su terrible fuerza. Luego Hvítr que es conocido como su dios, un dragón del tamaño de una montaña se quedó dormido en una llanura y el paso del tiempo lo convirtió en piedra y ha sido el hogar de la familia de Thomas, todavía piensan que algún despertará y llenará el mundo de cenizas nuevamente.
Coloco el juego de ajedrez sobre una mesita de té y comenzó una partida fatigante de paciencia e inteligencia, en un campo de batalla con reglas estrictamente determinadas por casillas blancas y negras. El tiempo pasa y el silencio en la habitación aumenta, el sonido de las trompetas y los festejos llegaba a la sala real pero los dos seguían metidos en su juego, una sonrisa, un chasqueo de dedos, un lamento todo está estrictamente medido cualquier señal de duda era un error fatal.
—Pues Thomas creo que todo acabo—. Tomo el caballo colocándolo frente al rey blanco. — Jaque mate, parece que vuelves a dudar—. Sonrió Edward muy satisfecho.
El resultado fue el esperado igualmente habría compromiso no importa cuál de los dos ganará el problema estuvo en cuál de los dos tomaba la primera decisión, pero inevitablemente Edward por razones del destino escribió el nombre de su hija en el papel y Thomas frustrado por la derrota pero satisfecho con el resultado escribió el nombre de su hija en el papel.
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Eres La Chica Perfecta
RomanceLa historia de una chica que subestimo el amor y el mundo le jugo una mala pasada