Lady Forge (Tobias Forge)

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Adivinen quién se dignó a volver otra vez...

👁👄👁 Holis a todxs!

Si ven este mensaje, buenas noticias!! Voy a continuar con los fics que ya había empezado y los que tengo en borrador, que momentáneamente son proyectos exclusivos de Ghost/Tobias Forge (estoy pensando en escribir sobre personajes de videojuegos, de hecho tengo uno en mente, pero si quieren iluminarme con sus gustos no duden en comentarme acá!!).

Quiero que sepan que, por ahora, voy a estar actualizando lo más activamente posible este fic porque estoy muy enganchada con el argumento y quiero desarrollarlo de la mejor manera. Sé que les va a gustar <33

Salseo, momentos tiernos y un posible amor se van a ir desarrollando en esta historia. Mucho drama pero balanceado con romance. Eso sí... Van a conocer a un Tobias muy h0rn¥ y con varios trastornos, pero se van a terminar enamorando de él de todas formas 🥰 Prepárense para lo que se viene!

Sin más que agregar, le deseo una buena lectura <3

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Terminada la espontánea primera y única clase de formación, y sumida en una improvisación que me dejaba ensimismada en mis breves apuntes, Irina, mi colega que me asistió hasta ese entonces, me saludó con calidez y, sin antes despedirse del jefe, embargó la amplia recepción con su ausencia, que se iba sosegando a medida que su aura profesional abandonaba el establecimiento por la puerta principal.

Me hallaba sentada en mi despacho abierto, que no era más que un amplio escritorio de recepción genérico y sus típicas herramientas de oficina, con la mirada perdida en la pantalla centelleante de mi computadora. Buscando algo para hacer, pues, si bien conocía apenas un porcentaje de la personalidad de Tobias, quería demostrar proactividad en mi primer empleo bajo dependencia y más sabiendo que estaba dependiendo de alguien de tal categoría y carácter laboral como lo era el doctor Forge. Nadie más que yo tenía la fortuna de estar bajo a su merced ahora y eso me llenaba la mente de inconclusas incertidumbres y ansiedades, pero, realizando una profunda respiración que desencadenó en un suspiro nervioso, retomé mi misión en ese momento que era tener actividad en mi mente profesional.

Divisé la agenda de Tobias, aquella de color avena con detalles en negro que se suponía que era su programa semanal con todas sus reuniones y citas con pacientes, y comencé a llenarme de información. Página por página, nombre por nombre, fui memorizando cada uno de los detalles de esta semana hasta que retrocedí al día actual y le eché un vistazo a la cita más reciente.

Josef Alversson, 10:00 horas.

Una hora y media había corrido por las agujas del reloj cuando me percaté que estaba a pocos minutos de recibir a mi primer paciente, yo siendo quién lo derive al doctor Forge y quién se presente por primera vez a alguien de la lista incansable de pacientes de Tobias. Debía ser prudente, puesto que muchos de ellos padecían desordenes y enfermedades mentales muy complejas de controlar en situaciones en la que uno es completamente nuevo y, por tanto, no poseedor de la habilidad para tratarlos como se merecen: con cautela y aceptación. Y aquel rasgo no me caracterizaba en lo más mínimo, por lo que lo único que me salvaba aquí era la profesionalidad basada en la frialdad más notable que algún humano podría efectuar en su ambiente laboral. Eso, en parte, me hacía quedar en evidencia la dura personalidad que me caracterizaba como persona y me daba a entender que cabían todas las posibilidades a que un leve desliz de mi semblante o de cualquier frase que diga me jueguen en contra y, ante esto, Tobias mismo en mi contra. 

Sin embargo, recordé que Irina me había mencionado su creación, el tan importante cuadernillo color vino en el que ella había volcado todos los códigos del conmutador e inclusive varios datos a tener en cuenta de los pacientes de Tobias, categorizados entre los inofensivos hasta los más peligrosos. Pero, la sensación punzante del nerviosismo me afectó las extremidades y con mucha dificultad busqué sobre el escritorio dicho cuaderno, generando que el temblor de mis manos se acentúe en cada segundo perdido.