1. Caitlin.

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Hace un año atrás, mi vida era distinta, estaba perdida, no sabia que elegir.

Samuel en todo ese tiempo en el cual estuve con Frank y después, había cortado con él, había aguantado muchas cosas de parte mía, sufrió mucho según el y nunca me dejo de amar.

Oh eso, era lo que decía. 

Pero después de haberle dado una oportunidad, el amor que sentía ya no estaba, era mas bien algo mas que amor, era obsesión.

El era mi obsesión sexual, mi obsesión cariñosa, simplemente mi obsesión.

Pero con Frank, las cosas no eran obsesión, eran amor.

No era tan importante el sexo como cuando lo era con Samuel, esto era más liviano, mas delicado. Como si nuestro amor fuera una copa que esta sobre un hilo y amenazare con caer al suelo, partiéndose en mil pedazos.

El era mi pequeño y delicado Amor, con el cual me sentía protegida y mimada.

Pero ahora, todo estaba extraño.

Cuando me fui a París dejando a ambos hombres atrás, con el corazón hecho pedazos nuevamente por Samuel, me dedique a la música, y ahí conocí a mi ahora Manager, Scooter Braun.

Pero a los meses antes de que mi carrera empiece a florecer, síntomas de embarazo empezaron a aparecer, hasta que eso, se hizo oficial.

Estaba embaraza, pero no sabia de quien.

FlashBack.

—Es una niña—dijo entrando la doctora con mi pequeña bebe en brazos, la cual estaba envuelta en una manta blanca.

Sonreí, con las gotas de sudor correr por mi frente y de mi frente por el puente de mi nariz, con la respiración agitada y el agotamiento reflejado en mi rostro.

—Dejame ver a mi pequeña—pedi con una agotada sonrisa, la doctora asintió y con una gran sonrisa me entrego, a Caitlin. 

FinFlashBack.

Un llanto me saco de mis recuerdos, haciéndome reaccionar. Me pare rápidamente y camine escaleras arriba a la gran mansión donde vivía ahora, entre al cuarto de la puerta morada, al cuarto de Caitlin. 

Ahí estaba ella, en su pequeña cuna blanca, llorando con su peluche bajo el brazo.

—Ya cariño, no llores—dije con un tono dulce, mientras agarraba en brazos a mi hija, la cual se calmo cuando la empecé a mecer entre mis brazos.

 Caitlin solo se calmo, mientras ponía su dedo pulgar dentro de su boca, mirándome a los ojos.

—Mama.

Sonreí, era la única palabra que decía, Mama. 

—¿Que pasa, cariño?—pregunte mientras me acercaba a su pequeño rostro y acariciaba suavemente mi nariz contra la suya, haciéndola reír.

Amaba a esa niña. 

—¿Vamos a comer?—ella solamente asintió, yo sonreí y la deje en su cuna—. Entonces espérame aquí, voy a buscar tu ropita.

Ella solo asintió y siguió jugando con sus peluches en su cuna. 

Caitlin solo tiene once meses, en un mes cumple un año y ya sabe caminar mas o menos, gatear, decir mama, asentir y negar. 

Se parece tanto a Samuel, pero también tanto a Frank y a mi.

Todavía me pregunto quien es su padre, no lo puedo comprender, ¿Samuel o Frank? ¡Eso era muy confuso!

Agarre un vestido color negro con puntitos colores blancos, el cual tenia un moño en cada tirante de los hombros, unas converse que le había comprado hace una semana y un par de medias. 

Camine hacia ella y la alce, la lleve a su cambiador y la desvestí, le cambie el pañal, le puse talco y le puse uno nuevo, después le puse la ropa que le había elegido y la peine con dos coletas. 

—Ya esta princesa, ve a jugar.

La deje en el suelo y ella se fue gateando a su alfombra con forma de flor, donde tenia unos juguetes y un colgante que giraba agarrado del techo que reproducía musica de cuna con solo tocar un botón. 

Me fui a cambiar a mi cuarto, un jean de un azul oscuro, un top color negro y unas plataformas rojas. el cabello recogido en una especie de rodete y mi flequillo libre, unos lentes de sol y un colgante dorado, listo. 

Fui al cuarto de Caitlin y la agarre en brazos, baje las escaleras y agarre mi cartera que estaba encima del sofá y salí de la gran mansión hacia el garaje. 

—Hola Garet—salude con una sonrisa al jardinero, el sonrió.

—Hola señorita Jazmyn. 

—¡Por favor, Garet! Solo Jazzy—dije con una dulce sonrisa, el sonrió de la misma forma.

—Como usted diga, Jazzy.

Sonreí mostrando los dientes y entre al garaje, le saque la alarma y deje a Caitlin en el suelo para desbloquear las puertas, agarre a Caitlin y la deje en su huevo color negro con rojo de Mickey Mouse, la asegure y cerré su puerta con seguro, entre al auto y lo prendí. 

—¿Que quieres comer Caitlin?—pregunte sin dejar de mirar hacia el frente, mientras miraba a los costados.

—¡Mama!—dijo ella sonriendo, yo sonreí. 

—¿Al centro comercial?—le pregunte, ella nego—. ¿A la casa de la abuela ______(tn)?

Ella asintió con una gran sonrisa con la cual, me contagio a mi.

—Esta bien, ¡A lo de la abuela!

Entre el Amor y la Obsesión. {3.Temporada} {NSTM}{LVS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora