El día en que Mark se dio cuenta de la existencia del chiquillo fue por simple casualidad. Su madre se había ido del lugar dejándole solo y sin nada que hacer caminó por el sendero del que a más de alguno se le prohibió el paso.
No entendía por qué no permitían que nadie se acercara ahí, era un lugar tranquilo y en invierno parecía ser muy cálido.
Un camino de tierra con grandes árboles a su izquierda y una pared de barro a su derecha, bastante bonito.
Siempre que pasaba cerca de aquel lugar se escuchaban gritos de hombres que al parecer ejercitaban ahí, pero por su tamaño no podía ver por arriba de esa gran muralla.
Se rascó la cabeza y suspiró agotado sabía que su mamá le molestaría por haber ido ahí pero daba igual, de todas formas siempre le hacia problemas por todo.
—¡Lee, más rápido!
El grito lo asustó, por lo fuerte que sonó y porque dijeron su apellido.
—¡Vamos, vamos, vamos!
La curiosidad lo estaba matando y al mirar para el lado corrió por las hojas secas agitado.
Saltó y se afirmó del tronco del árbol, escalando por las ramas hasta llegar más arriba de la altura de la muralla de tierra.
Había un hombre vestido con un buzo azul y un silbato en su mano, adelante de él un chiquillo estaba tirado en el suelo agotado, estaban hablando pero Mark no escuchaba nada, solo murmuros.
—¿Qué te ocurre?
Logró escuchar, parecía estresado.
—¡Meses de entrenamiento para que te comportes así ahora!
El chiquillo no se mueve <¿y si está muerto?> pensó Mark pero río por su estupidez.
—¡Levántate! — vuelve a gritar y comienza a moverse— te quiero aquí mañana a las 6, si no llegas olvídate de la competencia.
El hombre se va y Mark lo mira con cierto odio, vuelve su vista a la cancha y el chico muerto ya no está, se asusta un poco y voltea para ambos lados pero sigue sin encontrarlo, bufa y decide bajar del árbol, pero antes escucha un gran estruendo y sube rápidamente, un carro de supermercado estaba en el piso y muchas pelotas estaban esparcidas por todo el lugar.
Se sorprende y sonríe cuando vuelve a ver al chico, estaba enojado y su pelo estaba mojado.
—¡Hijo de puta!—grita furioso y patea las pelotas con mucha fuerza. Toma su mochila y sale corriendo del lugar.
No supo cuánto tiempo estuvo sentado ahí, tan arriba y tan lejos de su casa pero cuando comenzó a llover despaviló y corrió lo más rápido que pudo para no mojarse.
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Moneda ★𝗠𝗮𝗿𝗸𝗵𝘆𝘂𝗰𝗸
FanfictionMark puede ser bueno, pero está muy lejos de ser un héroe, porque para estar con él incluso... Mataría.