Snake Bite [kyuric]

Un rastro claro

Un nuevo caso se había presentado, varias desapariciones de personas que se presunta estaban conectados. Personas que desaparecían sin dejar rastro cuando salían a bailar a las discotecas los fines de semana.

Changmin, investigador del departamento de policía, quien casualmente conocía este patrón, estaba encargado de la investigación del caso.
Y después de largos años tal vez debería de volver a verse con él.

No solo lo presentía, sabía que todo esto tenía que ver con Eric.

Ese tiempo que había estado con el rubio lo conoció bien, pero así como lo conocía tanto, el otro también sabía lo que Changmin pensaba a la perfección. Después de todo, que él haya terminado siendo el mejor investigador del departamento había sido en parte gracias a su ayuda. Pero con una condición por supuesto, siempre había condiciones con ese chupasangre.

A diferencia de ahora, no estaba obligado a cumplirlas. Ya no estaba bajo Eric.

Solo le quedaba hallarlo, sin pistas, solo con su pensamiento y deducción.

Terminó de ver las fotos de las víctimas y salió a por su dosis de sangre diaria. Con el tiempo se fue acostumbrando al hambre y al sabor de la sangre, podía controlarse, a veces hasta aguantar las ganas de rasgar carne viva y drenar toda su vitalidad hasta dejar un cadaver sin nada. Pero eran solo eso, pensamientos. Pensamientos que juró nunca complacer por el bien de su cordura.

Sobrevivió ingeriendo nada más que sangre animal, la sangre humana estaba reservada, para ocasiones esenciales como esas veces de antojo. Sangre humana la cual tenía que saquear de hospitales y donaciones, era algo horrible, pero no le quedaba de otra.

No, Changmin jamás se atrevió a beber sangre directamente desde un humano, ni aún en sus primeros días cuando lo único que lo consumía era su hambre puro y pensamientos de sangre, sangre y más sangre.

Fue una lucha muy dura, pero estuvo firme ante la decisión de que por el momento nada de sangre humana. Eric había aceptado su decisión, luego ya no, y después comenzó a convencer a Changmin de que debía, no, tenía que consumir la sangre de un humano. Insistía cada vez más hasta el punto de que una vez el rubio fue capaz de sentar una persona en frente de él, sin un solo rasguño o gota de sangre perdida, solo para que Changmin lo hiciera todo por si mismo de una vez.

Fue una sola ocasión en la que Changmin no aguantó más sin haber consumido sangre humana y enloqueció. Pero eso había quedado en el pasado, ahora sabía muy bien como manejar esas mierdas de instintos que había ganado en un tonto atrevimiento de una noche. Tonto, tonto Changmin, tan inocente que pudo caer en la trampa de aquella serpiente.

Ahora para su propio bien, se aseguraba de al menos, una vez al mes, consumir sangre humana.

Después de todo era un vampiro, un chupasangre de pies a cabeza y ya no podía cambiarlo, tenía que vivir como lo que era, que por suerte logró hacerlo. Después de todo eso ya no aguantó más estar cerca de Eric, o las cosas que hacía, y se alejó de él. Siguió con sus estudios universitarios y se convirtió en un buen investigador.

Eric no protestó a nada de lo que Changmin pidió, no le prohibió irse, al contrario, la mayor parte de lo que había conseguido hasta el día de hoy fue con la ayuda del chupasangre. A veces solo por ser uno.

Pensó en los escondites que el rubio podía tener, en su estadía con él era increíble los buenos lugares que conseguía. ¿Dónde me ocultaría si fuera Eric?

Tenía pocos lugares en mente, ya revisó dos, por lo que solo le quedaba un último. Tenía fé en ese.
Un lugar con buena vista y alejado, pero no tanto, a la vez escondido entre demás casas y personas que transitaban por ahí.

Abrió la puerta y entró, una sala muy bonita, costosa, con decoraciones de oro como tanto le gustaba al rubio.

-Changmin. Viniste -Habló desde el sofá. Changmin caminó hacia él para pararse y mirarlo de frente. Ahí estaba, con esa sonrisa engreída y su expresión de orgulloso como si hubiese sabido y esperado tanto por este momento.

-Eric.

-Dime, qué es lo que sucede. No es muy casual verte por aquí, mas bien, no es casual verte. -soltó con un tono juguetón.

-Vengo por un caso.

-No pensarás que tengo algo que ver, ¿o si?

-Tu dímelo, ¿Tienes algo que ver con el caso, Eric? -contestó en el mismo tono que el otro hombre.

-Oh vamos, toma asiento. Hace mucho que no nos vemos. Hay que disfrutar de esta visita. -dijo y le indicó el sofá de en frente con una sonrisa.
Changmin siguió el juego y se sentó en el.

-Ocho víctimas en total, algunas de diferentes discotecas. ¿Se te hace alguna cara conocida? -preguntó abriendo su carpeta con la información del caso.
Eric solo le dio una vista rápida y desinteresada y suspirando miró hacia él.

-Mhm -fue todo lo que soltó el rubio en forma de negación.

-¿En serio? Me vas a decir que no tienes nada que ver cuando prácticamente hiciste exactamente lo mismo conmigo! -Eric solo sonrió de lado ante la provocación.

-Changmin... No me digas que estás celoso. ¿Celoso de que pueda hacer lo que hice contigo con otros? -El pelinegro quería hervir de la rabia.

-Tu... tu me engañaste! jamás quise nada de ti, nada de esto! Tu me convertiste en una horrible criatura que bebe sangre y si a otras personas les puede suceder lo mismo voy a averiguarlo y ni tu, ni nuestro maldito acuerdo va a pararme! -Alzando la voz soltó todo sin si quiera titubear. Eric ahora lo miraba sin ninguna expresión en su rostro.

Changmin se quedó mirándolo, esperando a que pudiera decirle algo, pero nada, no le contestó. Cansado se levantó del sofá decidido a irse, pero Eric lo detuvo.

-No tengo nada que ver con todo eso, y hablo en serio. -dijo totalmente serio mirando a los ojos a Changmin.
-Pero... Creo que podría saber quién.

-Solo ayudas si obtienes algo a cambio. ¿Qué es lo que quieres?

-Lo que quiero es... ayudarte, eso es todo. -fue lo que respondió con total tono de sinceridad, y aunque Changmin dudaba de sus intenciones, también sabía que no podía hacer esto sin su ayuda. Pero dudaba, siempre dudaba.

-Está bien. Puedes venir conmigo.