Capítulo #3

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Y aquí vienen los gritos...

-Ruth Adams!-Mi madre la primera, claro.-Se puede saber dónde demonios estabas?

-Mamá...

-Cielo, no puedo creer lo que hiciste!-mi abuela.

-Pero...

-Hermana, sabes cuánto dinero gastamos en esto??!-Reven, mi hermano menor.

-Cariño, Dylan no se merecía esto.-La tía Ester.

Unos me miraban como si quisieran matarme y otros, sólo miran, esperando algo.

-Ruth,...-empieza a decir la madre de Dyl, la señora Brenda, cuando es interrumpida por su hijo.

-Ya está bueno, paren todos, el único que necesitaba una explicación soy yo, y ya la tuve, así que basta. Todos tenemos hambre y es demasiado temprano para todo este lío.-Dijo él, sentándose de golpe en la mesa haciendo que todos se callen, acaban de descubrir que el calmado y callado Dyl, tiene su lado oscuro. Lo conocen desde que yo estaba en primaria y nunca lo habían visto así. Yo también me senté notando que tenía bastante hambre.

Nadie más dijo nada durante el desayuno sobre el tema e hicieron como si no hubiera pasado. La verdad, me sorprendió que no armaran tanto alboroto como me imaginé, pero supongo que de los hermanos yo soy la que causa los problemas, la rebelde, la delincuente juvenil, la explosiva, la niña con problemas de agresión-tranquilos ya están superados-, siempre voy a ser la impredecible, al menos ya se están acostumbrando a eso. Pero claro, no podía librarme tan fácilmente, justo antes de salir a encontrarme con el chico de ayer mi madre me encontró en el pasillo.

-¿A dónde te diriges?

-Voy a...-no puedo decirle eso a mi madre, me mataría por hacer eso con Dylan.- a tomar un poco el aire, necesito pensar en todo lo que he hecho, fue muy irresponsable.

Ahh, el truco de la chica arrepentida, nunca falla.

-Pues claro que fue irresponsable, él te quiere, si no estabas segura podías esperar un poco más para la boda o cancelarla. No tenías que hacernos pasar por todo esto.

-Lo entiendo mami, en serio, sé que Dylan se merece lo mejor y por eso yo no puedo casarme con él, todos lo saben, no soy ni de cerca lo que él se merece.-siento una punzada de dolor en mi pecho, eso si no era ningún truco, lo sentía, me dolía no ser lo suficiente para él.

-No digas eso cariño, eres lo mejor para cualquiera, ahora, ve y toma un poco de aire, cuando vuelvas ya veremos que hacemos. Tranquila.-me dice dándome un beso en la frente luego de una sonrisa tranquilizadora para seguir con su camino.

El café no estaba muy lejos del hotel, solo unas cuadras, y no tardo en llegar.

Es un lugar un poco vintage, con un toque de modernidad, las decoraciones son de madera y cristal. La verdad es que era algo extraño pero inspiraba confianza y tranquilidad. Escogí una mesa junto a un ventanal de cristal que daba hacia la calle, me senté y pedí un capuchino con nutela, es mi favorito, aunque la nutela es un agrego mío.

La gente que veo a través del cristal, pasa sumergida en su vida, y yo, sin poder ocultar mis ganas de analizar a cada persona que camina cerca de mí. Es como un hobbie, me gusta interpretar a las personas. Admito que he llegado un poco antes de lo planeado al café, y por eso tengo que esperar un poco más. Pero estoy empezando a pensar que no vendrá.

Pero sí que viene, mira al frente de ti.

Levanto la mirada para ver un rubio casi rojizo con una figura atlética y aire de surfista entrar por la puerta. ¿Porqué siempre lleva un pañuelo? ¿Oculta algo? Yo creo que sí.

My OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora