El fin de semana había llegado con prisa, los días habían pasado bastante rápido, calmados y frescos. Shoto no había vuelto a la academia en una semana, pasaba sus días ayudando en las labores de la casa, aprendiendo a cocinar postres con su hermana y cuidando el jardín con su hermano por las tardes. Nadie había tocado el tema de su género, de hecho, la duda de si su padre les abría dicho a sus hermanos lo sucedido seguía en su mente, aunque trataba de evitarlo lo más posible.
Su mochila y uniforme habían sido abandonados en algún lugar de su habitación, misma que desde su llegada y encuentro con el albino, solo pisaba para cambiar sus ropas, pues al estar éste en celo, le obligaba a pasarla con él en su "nido", por protección, justificaba su hermana.
Rápidamente se había acostumbrado a la calma de su hogar; aún cuando había pasado poco tiempo, ver a su padre y pasar tiempo con sus hermanos era ya algo común. Logrando que quien le viera y supiera del tema, dudará que la información reciente le hubiera afectado.
Era viernes por la tarde, Shoto se encargaba de limpiar la mesa, mientras Fuyumi lavaba los utensilios de cocina, y un ya consciente Natsuo se quejaba de quien sabe que, aún ocupando una silla en el comedor. Habían comido recién, el sueño hacia acto de presencia en sus cuerpos, por lo que, cuando el sonido del timbre resonó por toda la casa, encendió los instintos de todos en tiempo récord debido a la sorpresa.
La única fémina camino por el pasillo hasta la puerta principal, sorprendiéndose al encontrar al grupo de amigos de su hermano. Sin hacerlos esperar, se apartó de la puerta, permitiéndo el acceso a los adolescentes, dejando a los pies de cada uno, un para de mullidas pantuflas de casa, antes de guiarlos hasta la sala y llamar a su menor, quien no mucho después se hizo ver por la puerta.- Todoroki-kun, que alegría que estés bien.
La sorpresa se dibujo en su rostro al encontrarse y escuchar las voces de sus amigos; desde lo sucedido, se había olvidado de todo, de su teléfono celular, de la escuela y con ello, de sus compañeros; decidido a concentrarse más en su ahora, dejándose llevar y divirtiéndose en compañía de su familia.
- Es bueno verlos, pero... ¿qué hacen aquí?
- ¿Qué hacemos aquí?, la pregunta es, ¿dónde estabas tú? Estabamos preocupados, queríamos verte. Desapareciste sin más luego de que Aizawa sensei fuera a buscarte. Y nadie nos daba una explicación por más que preguntáramos. -la sinceridad en la, ya no tan robótica, voz de su amigo le hizo sentir estragos de culpabilidad; preocupar a sus amigos no estaba en sus planes, pero la situación le había llevado a tomar la decisión de evadir el tema.-
- Lo siento, debí haberles avisado de mi retirada aquel día. -su mirada viajó a sus manos, las cuales se encontraban unidas cerca su vientre.- Vengan conmigo, hablemos en el jardín.
Invito amablemente, para a continuación, darse vuelta y caminar hasta la puerta corrediza que daba al jardín interno; era sorprendente lo mucho que había cambiado ese lugar desde su niñez, podía recordar como en aquel entonces todo era sombrío y triste, pero ahora, estaba lleno de hermosas y diversas flores, así como árboles de cerezo de gran tamaño que habían sido plantados un tiempo atrás por órdenes de su padre, la fuente de centro había sido puesta a andar y algunas carpas ahora habitaban el estanque, sin duda un hermoso jardín estilo japonés antiguo, algo digno de apreciar.
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Pequeño Gamma
أدب الهواةShoto solo quería una vida tranquila, quería ser un héroe y demostrarle a su padre que no era un inútil, sin embargo, el ser un omega ya era un problema. Había tenido que aprender a soportar la voz de mando, así como las feromonas. Le había costado...