Cap. 4 Vol. 1 Mis Habilidades.

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Segunda hora tarde.

Los caballos galopaban y cada vez estábamos más cerca del castillo.

Al llegar me baje del carruaje y me dirigí al guardia que me escoltó en el centro.

Jonathan: Hola otras vez.

Caballero real: Hola señor Siegman ¿Me solicita algo?.

Jonathan: Solo Jonathan, por favor.

Caballero real: si el señor me lo permite. Señor Jonathan.

Jonathan: ¿Cuál es su nombre?.

Caballero real: Soy el caballero Ádan Bartolo Ramos Cercilega a su servicio. Señor.

Jonathan: Bien Ádan, espero contar con que cubras mi espalda.

Mira decía eso extendí mi mano hacia él con la palma abierta.

Caballero Ádan: Eh. Claro señor. Con su permiso.

Jonathan: Adelante.

Debo admitir que se me hacía muy raro que alguien me pidiera permiso antes de estrechar mi mano. Asumo que será cuestión estética o algo por el estilo. Simplemente decidí no prestar atención ese detalle.

Jonathan: Bueno, aún falta un buen rato parada la cena. ¿Me podrías guiar hasta el campo de entrenamiento?.

Caballero Ádan: Claro. Por aquí señor Jonathan.

Cruzamos por los pasillos del primer piso del Castillo. Una cuántos giros y desvíos hasta poder llegar a una especie de patio con un gran cuadrado totalmente plano de grava y a los lados bancas y junto a ello una casa que asumo será alguna armería.
Junto a esta se encuentra una explanada medianamente larga con una pared de ladrillos de piedra a al menos50 o 60 metros lo que asumo sería un campo de arquería y de tiro.

Caballero Ádan: Hemos llegado señor Jonathan. ¿Va a practicar con su nueva arma señor?

Jonathan: Así es. Pero antes necesito un objetivo.

Caballero Ádan: Enseguida señor. Espere un momento.

Ádan se dirigió a esa armería que está más solo unos pocos pasos y en poco rato regresó con un maniquí de paja que tenía una tabla de madera con una Diana pintada de color rojo.

Jonathan: Gracias. Por favor déjelo a unos treinta metros por favor.

Caballero Ádan: En seguida señor.

Ádan se dirigió al campo de arquería y dejó el maniquí a la distancia que le pedí. Después de eso regresó y empecé a preparar mi nueva pistola.

Jonathan: Esto estará genial. Será mi primera vez usando un arma.

Caballero Ádan: ¿Su primera disparando?.

Preguntó el caballero extrañandose por mi comentario.

Jonathan: Claro. Ósea en mi mundo las armas son bastante más avanzadas que está pistola y existen leyes que evitan que los civiles las porten sin razones como por casería o defensa del hogar. Aunque eso requiere exigentes exámenes psicológicos y falta de expediente judiciales negativos.

Caballero Ádan: ...

El caballero Ádan se quedó parado con una expresión rara cómo si de hubiesen dado una charla de física avanzada y claramente no entendería.

Jonathan: ¿Todo bien?.

Caballero Ádan: Pues eso me dejó extrañado señor. Creo que la charla de su profesor y el capitán Halagan y la que me acaba de dar me dan a entender que su mundo debe ser más complejo que el mío.

Otra historia de otro mundo [Prueba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora