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Desde el otro lado de la piscina, SeokJin hizo rodar sus ojos y volvió al agua para que el rubor de sus mejillas no fuera atrapado por la atención del socorrista.

Jeon —Jodido— JungKook, el chico mayor pensaba que era como "El Dios de la piscina" o algo así.

Él pensaba que era tan genial, con su uniforme de socorrista, su silbato y sus gafas de sol de aviador. SeokJin odiaba esas gafas de sol. Le hacían sentirse paranoico porque nunca podía decir cuando JungKook realmente le miraba. A veces él sentía que JungKook siempre le estaba mirando, pero probablemente era solo su optimismo.

A SeokJin le gustaba mirar a JungKook, siempre que pensaba que podía escaparse sin que el chico mayor lo notara.

Lo había conocido desde que eran niños. Pero JungKook se había marchado a la universidad como un alto y desgarbado adolescente y volvió viéndose como un caliente deportista. Sus años con el de natación del instituto habían dado resultado. Músculos ondulaban bajo la tersa y ligeramente bronceada piel. Él tenía hombros anchos y un pecho perfectamente bien desarrollado para su edad, y una estupenda tabla de lavar por los abdominales.

A JungKook le gustaba hacer largos durante su descanso y eso era todo lo que SeokJin podía hacer para ocultar el engrosamiento que él inevitablemente tenía al mirar su poderoso cuerpo deslizándose sin esfuerzo por el agua.

Las chicas estaban locas por el socorrista caliente, mientras SeokJin estaba loco por los celos. Sabía que no tenía ningún derecho a reclamarle ni nada, pero SeokJin tenía algún tipo de sensación, como si JungKook fuera suyo de algún modo. Él había tenido un terrible enamoramiento por el chico mayor desde niño y siempre hacía cosas estúpidas para conseguir que JungKook le rescatara (es decir notara).

Por el rabillo del ojo, SeokJin vio al socorrista dar a otra desgraciada víctima una conferencia sobre la seguridad en la piscina. SeokJin las había tenido tantas veces que él prácticamente podría recitarlas de memoria. Desde zambullirse hasta el fondo, a correr por el borde, JungKook odiaba absolutamente que la gente no siguiera las reglas.

Habiendo soltado su discurso, a su víctima meticulosamente intimidada y reformada, JungKook se giró y comenzó a hacer su camino de vuelta a su puesto, SeokJin no pudo evitar notar el oscuro rastro de vello que conducía hacia la cintura del bañador. El modo en que sus musculosos muslos llenaban ese bañador rojo y el bulto entre sus piernas era prácticamente obsceno. 

SeokJin frunció el ceño con resentimiento. No había modo alguno de que realmente pudiera ser tan grande. JungKook probablemente rellenaba el frente de sus pantalones con una bola de calcetines, así él podía tener toda la atención de las chicas de la piscina.

No es que él no tuviera su atención de todos modos, todas las chicas estaban enamoradas de JungKook. Él era el estereotipo de "caliente chico de universidad" que todas las chicas de instituto querían en ese momento. Ellas constantemente se desmayaban "Agotadas por el calor" o se ahogaban falsamente ellas mismas para intentar conseguir el boca a boca del viril socorrista. 

La estrategia más común era perder la parte de arriba de sus bikinis, pero solo en la zona de visión del puesto del socorrista.

Lamentablemente, a pesar de sus entretenidas payasadas, JungKook siempre parecía tener un ojo sobre SeokJin, debido a lo cual él nunca podía salirse con la suya. El demasiado celoso socorrista tomaba su trabajo demasiado en serio. Siempre golpeaba el culo de SeokJin y nunca le dejaba tener ninguna diversión.

Incluso cuando JungKook no estaba en la piscina, siempre que SeokJin tenía una gran idea, como el rodillo corriendo por la escarpada colina hacia la avenida central o el monopatín que se colocaba sobre la cima de la alta pared que rodeaba la escuela o el relleno de las latas de basura con agua y el intento de saltar desde la azotea a ellos, JungKook aparecía de ninguna parte y le ponía término. Cuando JungKook había obtenido el trabajo como socorrista, SeokJin sabía que era el final para cualquier diversión que él pudiera tener en la piscina de la comunidad. Aunque eso no le paró de seguir yendo.

Minutos más tarde, SseokJin había olvidado todo sobre la mirada fija del caliente socorrista sobre su piel y armaba jaleo con sus dos amigos. Los tres muchachos estaban intentando ver quién podía empujar primero bajo el agua a los demás cuando de repente.

—¡FWEEEEEEEEEET! ¡SIN JUEGUECITOS! —el socorrista bramó hacia ellos como un nubarrón.

SeokJin gimió.

15 minutos más tarde....

—¡FWEEEEEEEEEEET! ¡SIN SALTAR!

10 minutos más tarde...

—¡FWEEEEEEEEEEET! ¡NO SE HACE EL PINO BAJO EL AGUA!

5 minutos más tarde...

—¡FWEEEEEEEEEEET! ¡NINGUNA PELEA DE GALLOS!

3 minutos más tarde...

—¡FWEEEEEEEEEEET! ¡SIN COMPETICIÓN DE SALTOS TAMPOCO!

Con el sexto grito del ultrajado socorrista, SeokJin se paró en el borde de la piscina donde había estado a punto de golpearse la cara antes, en lo que había sido una panzada realmente magnífica. Se congeló con sus brazos extendidos, sus pequeños dedos del pie rodados colgando sobre el borde y frunció el ceño con frustración. ¡JungKook estaba arruinándolo TODO!

Antes de que él pudiera detenerse, él golpeó con una mano uno de sus bíceps y cerró la otra en un puño, alzándolo en la dirección de JungKook, y haciéndole un perfecto corte de mangas. Sus amigos jadearon con horror por el gesto ordinario. 

Lo lamentó al instante. 

Las cejas de JungKook se alzaron frunciendo el ceño intimidatoriamente y comenzó a bajar del puesto de socorrista, avanzando siniestramente hacia SeokJin. Él parecía un enorme, bronceado y cabreado Hulk.

 SeokJin dijo un pequeño —¡Eew!— de terror y comenzó a correr en la otra dirección, pero resbaló sobre el cemento liso y se cayó hacia atrás. Aterrizó principalmente sobre su pequeño y redondo culo, y golpeando su cabeza un poco sobre el hormigón. 

Se quedó allí sobre su espalda, atontado mientras sus oídos zumbaban.

—¿Cuántas veces te he dicho que no corras por la piscina, SeokJin?

Rules › KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora